La incertidumbre en la previsión de cultivos de invierno después de la soja zafriña está aumentando, especialmente debido a la disminución de los precios de la canola, que ha sido un cultivo destacado en los últimos años por su calidad en el manejo de rotación y su rentabilidad. Sin embargo, los precios de venta en declive están afectando su atractivo económico y se prevé llegar apenas a unas 20.000 hectáreas este año.
Así lo afirmó el coordinador de desarrollo de Adama Paraguay, Rafael Schirrmann, en contacto con Valor Agrícola. En este contexto, explicó que algunos de los factores que pueden estar detrás de la caída en los precios de venta es que, si otros países productores como Argentina tienen una producción considerable, puede generar una oferta global alta, lo que presiona los precios a la baja en el mercado internacional.
Otro de los factores puede estar vinculado a la demanda interna limitada, ya que Paraguay no consume una gran cantidad de aceite de canola a nivel interno, la mayoría de la producción probablemente se destine a la exportación y la dependencia del mercado internacional puede exponer a los productores a fluctuaciones en los precios y a los costos asociados con la exportación, según explicó Schirrmann.
“Los Productores afirman que es muy riesgoso producir canola ante este declive. En el 2023, el área de siembra de canola fue de 90.000 hectáreas, siendo que el potencial productivo del país es de 350.000 ha y este año posiblemente se llegue solo a las 20.000 ha. Posiblemente en la región de Naranjal algunos apuesten por el cultivo debido a que la Cooperativa Copronar necesita de la oleaginosa”, indicó.
Ante esta situación, sostuvo que el sorgo sería una alternativa más segura, con un rendimiento potencial de 8.000 kg/ha que es bastante prometedor y podría ofrecer una buena rentabilidad para los agricultores, especialmente si se gestionan adecuadamente los costos de producción. “Muchos productores de Campo 9 dicen que están apuntando a este cultivo porque se están teniendo buenas ofertas debido a la instalación de una alcoholera, que se dedicará a la producción de etanol y tiene a este cultivo como materia prima”, detalló.
Finalmente, destacó que es un cultivo que puede adaptarse bien a una variedad de condiciones climáticas y suelos, lo que lo hace menos vulnerable a las fluctuaciones del mercado internacional y a los altos costos de exportación que pueden afectar a cultivos como la canola.