Los futuros de los cereales y la soja estadounidenses cayeron este miércoles, principalmente debido a que los mercados vigilaban las lluvias beneficiosas en los cinturones de cultivos de Sudamérica y Estados Unidos.
De acuerdo con información de la agencia Reuters, los operadores están atentos a las condiciones meteorológicas, después de que una sequía perjudicó a la producción de cultivos en Argentina y en las llanuras del sur de Estados Unidos y ralentizó la siembra de soja en Brasil.
Destacaron que las fuertes lluvias caídas el pasado fin de semana en Argentina mejoraron las perspectivas para la siembra de maíz, así como para la próxima cosecha de trigo. En Brasil, las lluvias ligeras de esta semana en las zonas secas del centro podrían ayudar a la siembra de la soja, aunque las condiciones húmedas del sureste aumentan los riesgos para la cosecha de trigo.
«El tiempo está en el foco de atención», señaló Terry Reilly, estratega agrícola senior de Marex. Y agregó; «El centro-oeste de Brasil podría ver lluvias durante la segunda semana del pronóstico y Argentina podría ver lluvias dispersas durante los próximos 7-10 días».
Por otra parte, se prevé que en Estados Unidos, las lluvias retrasarán las fases finales de la cosecha de maíz y soja en el Medio Oeste, pero beneficiarán al trigo de invierno recién sembrado en las Llanuras, según los analistas.
Además, las precipitaciones en casi todo el territorio de Ucrania también mejoraron notablemente las condiciones para los cultivos de invierno, según la consultora APK-Inform.
Commodities. El contrato de maíz más activo en la Bolsa de Chicago (CBOT) marcó un mínimo de tres semanas y descendía 4 centavos a 4,80 dólares el bushel a las 1620 GMT.
El trigo por su parte caía 9,25 centavos a 5,7125 dólares el bushel y tocaba su precio más bajo desde el 12 de octubre en la CBOT. La soja retrocedía 8,50 centavos a 13,06 dólares el bushel tras registrar su precio más bajo desde el 13 de octubre.
La harina de soja de la CBOT también bajaba, con los futuros de diciembre perdiendo 5,4 dólares, a 428,8 dólares por tonelada, tras haber subido antes a un máximo de contrato de 439,40 dólares por tonelada. El retroceso de la harina de soja presionaba a los futuros de la soja, según los operadores.