En varias regiones de Brasil, productores enfrentan sequía prolongada, orugas resistentes a la biotecnología y aumento de costos de producción.

El desarrollo del maíz en la segunda cosecha ha enfrentado desafíos en varias regiones del estado de Mato Grosso. Con la siembra realizada fuera de la ventana ideal debido al retraso en la cosecha de soja por el exceso de lluvias, ahora son la falta de lluvias y el ataque de orugas los que amenazan la productividad del maíz.

Según el Instituto de Economía Agrícola de Mato Grosso (IMEA), aproximadamente el 15% del área cultivada, es decir, poco más de un millón de hectáreas, fue sembrada fuera del período ideal, aumentando el riesgo de pérdidas.

Según el director administrativo de la entidad y coordinador de la Comisión de Política Agropecuaria, Diego Bertuol, los productores tomaron precauciones al planificar la segunda cosecha.

El productor opta por lo que le traerá mayor productividad, semillas de alta tecnología, que tienen un costo elevado. Y este año, el productor se vio sorprendido, ya que estas tecnologías no fueron eficientes, lo que generó costos adicionales. El productor ya tiene un margen ajustado, cuando no es un margen negativo, y vemos un costo aún mayor, explica.