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Sequía afecta rendimientos de soja: lluvias desiguales complican el panorama

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Sequía afecta rendimientos de soja: lluvias desiguales complican el panorama

Algunas zonas del campo fueron beneficiadas con lluvias dispersas y aguaceros que mitigan la falta de humedad, pero en general, los niveles son insuficientes para compensar el estrés hídrico en las plantas.

Las condiciones climáticas crearon diferencias muy marcadas en las áreas productivas.  Agricultores explican que en un mismo distrito, con un kilómetro de distancia entre parcelas, se nota gran diferencia en el desarrollo de cultivos debido a la distribución desigual de las lluvias.

Según publicó la UGP, en general, se inició con la cosecha de la soja sembrada en septiembre, que pese a un inicio con poca humedad, recibió lluvias en octubre, noviembre y hasta la primera quincena de diciembre.

Menos cantidad y calidad. Productores coincidieron en que la falta de agua en el suelo evitó el llenado de granos y la maduración normal y generó casos de aborto de flores y vainas en algunas parcelas. Actualmente, los cultivos sembrados a fines de septiembre e inicios de octubre son los más afectados.

“Nosotros veníamos bien hasta fin de año, pero el sol extremadamente caliente y el viento sur secaron muy rápido la humedad del suelo. Lo que generó varios problemas de calidad en los granos y la maduración precoz”, explicó Aurio Frighetto, productor de la zona norte de Alto Paraná.

Agregó que lastimosamente es difícil recuperar algunas parcelas, que se esperan nuevas lluvias para cerrar el ciclo. “Esta semana tuvimos lluvia de entre 5 mm a 30 mm, pero no fueron generalizadas. Hay mucha incertidumbre por la situación que estamos pasando”, señaló.

“La lluvia nos llegó, pero de manera muy desuniforme, unos 10 a 15 mm y con muchas parcelas que tuvieron menos de 5 mm de lluvia”, contó Milton Abich, desde el distrito de Santa Rita. Explicó que esta situación está generando pérdidas para los productores.

Desde Itapúa, Blanca Saiki contó que recibieron lluvias este martes, pero se trató de un chaparrón con distintos niveles de agua y acompañado de granizos. “Esperamos que aporte algo para la soja que está cargando, pero el perjuicio ya está y los rendimientos serán por debajo de lo esperado”, señaló.

Flaminio Núñez, productor del distrito de Raúl Arsenio en Caaguazú, mencionó que llegaron chaparrones de entre 10 a 60 mm pero muy diferenciadas por áreas y localidades.

“Está marcando más lluvia para el fin de semana, sin embargo, mucho de la soja ya se perdió. Depende de la variedad y agua recibida para hablar de recuperación”, indicó.

Otro de los departamentos más afectados es San Pedro, con un rango mucho menor de lluvias y humedad, principalmente la zona centro.

El productor Víctor Penayo, contó que muchos pequeños agricultores ya cosecharon las primeras parcelas pero con rendimientos bajos debido a la maduración anticipada.

“La sequía que todavía está presente, hizo que se adelante todo el ciclo de la soja. Las plantas que sembramos más temprano tuvieron muchas vainas, pero no cargaron por falta de lluvias. Las lluvias fueron fortuitas, hay áreas en las que cayó lluvia y los cultivos cargaron bien, pero son como el 10% de los casos”, estimó.

Mencionó que en su propiedad recibió algunos aguaceros en diciembre y este enero que le ayudaron a mejorar los niveles de humedad, pero también cuenta con parcelas afectadas que tendrán rendimientos medios. Estima que en 8 días empezaran a cosechar una parcela, pero están esperanzados en que llegue más lluvia para mejorar las condiciones de sus otras parcelas.

Lluvias y niveles de humedad. Penayo explicó que este año se tuvieron problemas de humedad desde el inicio de la campaña. “En San Pedro no tuvimos lluvias generales en septiembre, ni octubre como años anteriores, fue solo en la quincena de diciembre y luego siguieron aguaceros aislados que benefició algunas zonas”, recordó. En este contexto, detalló que los niveles de humedad estuvieron por debajo de los necesarios para un buen ciclo productivo y muy afectados por el intenso calor y vientos del sur.

Los aguaceros que están llegando solo cubren la parte superficial de la tierra, con máximas de 20 mm aproximadamente y que llegan a uno o dos centímetros bajo tierra. Cuando se necesitan lluvias de entre 60 a 70 mm, que penetren más de 15 cm el suelo, para que las plantas aguanten. La evaporación y transpiración de la planta, sumadas al calor intenso y a los vientos del sur, crearon una exigencia muy alta de agua útil para el suelo con la que no se contó este año.