Rusia está proponiendo a los países BRICS la creación de una bolsa de cereales que daría a Moscú un mayor control sobre los precios internacionales de sus exportaciones agrícolas, antes de una cumbre del grupo a la que asistirán los líderes de los principales productores y compradores mundiales de cereales.
Frustrada por los bajos precios mundiales del trigo, Rusia, el mayor exportador del mundo, ha intentado limitar las exportaciones a precios bajos a través de intermediarios internacionales. El 11 de octubre, Moscú recomendó a sus principales exportadores que evitaran vender trigo por debajo de 250 dólares en las licitaciones internacionales.
«Con el fin de garantizar un comercio transfronterizo de materias primas eficiente, ininterrumpido y transparente, la Presidencia rusa de los BRICS propone establecer una plataforma de comercio de cereales en el marco de la Bolsa de Cereales de los BRICS», dice un documento redactado por el Banco Central y el Ministerio de Finanzas de Rusia antes de la cumbre.
El presidente Vladimir Putin quiere construir el BRICS -que ahora incluye a Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos, además de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- como contrapeso a Occidente en la política y el comercio mundiales.
La propuesta de Rusia también recomienda la creación de una agencia de los BRICS encargada de proporcionar metodologías de fijación de precios y análisis de mercado para ofrecer una alternativa a la actual fijación internacional de precios a través de las bolsas occidentales establecidas.
La propuesta prevé ampliar en el futuro los mecanismos de negociación de cereales de los BRICS al petróleo, el gas natural y el oro.
«Esta medida garantizará una fijación de precios independiente y reforzará la soberanía de las economías de los BRICS», afirma el documento.
Las naciones en desarrollo ricas en petróleo, incluidos Rusia e Irán, miembros de los BRICS, han logrado un control sustancial sobre los precios mundiales del petróleo gracias al acuerdo OPEP+. Sin embargo, algunos expertos se muestran escépticos sobre la capacidad de los BRICS para influir en los precios de otras materias primas.