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Presidente de la APS optimista con la zafra: “Pese al exceso de lluvia, la vara de producción es alta”

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Presidente de la APS optimista con la zafra: “Pese al exceso de lluvia, la vara de producción es alta”

La primera etapa esta nueva zafra de verano está siendo positivo con buenas lluvias que ayudaron a culminar la siembra de soja en casi toda la región sur, a diferencia de la zona norte del país en donde no ha caído suficiente agua y genera algunos atrasos. Para el actual presidente de la Asociación de Productores de Soja, Oleaginosas y Cereales del Paraguay (APS), Claus Escher, los buenos resultados de esta nueva campaña van a depender mayormente del factor climático, tales como que no llueva más de lo normal para evitar campos inundados y que si caiga lo suficiente en donde haga falta.

¿Cómo está analizando el avance de la actual campaña en curso?

Empezó bastante dispar, en algunas partes llovía y en otras no, inclusive algunos plantaban y después ya no llovía más, por lo que era bastante inseguro toda la cuestión. Sin embargo, en el momento que tuvimos abundante humedad en el suelo, hay colegas que ya para comienzo de septiembre empezaron a plantar, algunos recién al final y otros recién en octubre. Si vamos por nuestra empresa en particular, todavía no terminó de plantar, porque así como al comienzo faltó lluvia, ahora de golpe ya tenemos exceso, no podemos terminar la siembra porque al rato llueve. Es bien sabido como es la siembra directa, con un buen colchón y una buena cobertura, sale el sol, y el cultivo se seca muy despacio y se demora más tiempo para poder entrar con las maquinarias, y entretanto, ya vuelve a llover de nuevo. Pero en líneas generales, estamos bien y trabajando, esperando los momentos en donde calme un poco el agua y terminemos de plantar todo bien.

Viendo un poco lo que fueron los números en lo previo a ir planificando esta campaña que está en curso, ¿cuántos kilos aproximadamente se necesitan hoy para marcar un punto de equilibrio?

Tirar una cifra exacta ahora está complicado, porque en caso de que el clima sea apropiado, uno al aplicar uno o dos fungicidas ya puede asegurar buenos rendimientos, pero si hoy en día no se presenta el tiempo adecuado empiezan a aparecer los hongos y la roya, entonces ahí se duplican prácticamente las aplicaciones y eso en el punto de equilibrio cambia bastante el panorama. Hoy por hoy tenemos que analizar qué es lo que se aplica y cuántas veces, aparte que las pérdidas en las chacras pueden llegar a ser bastante fuertes por que las malezas, los insectos, las enfermedades se van multiplicando, y nosotros no estamos pudiendo entrar en la chacra porque tenemos que estar con una fumigadora y con un tractor grande afuera de la chacra, porque en cualquier momento se empantanan, teniendo en cuenta que con la siembra directa es como un suelo descompactado totalmente con una buena cobertura. Entonces, en cualquier momento se empantana la máquina y tenés que entrar a ayudarle para salir de ahí y eso pisa bastante las plantas, por lo que uno ya tiene varios caminos en el medio de la chacra y cada planta pisada es pérdida porque ya no resurge, ya se queda aplastado por piso y tractor chico no pueden entrar porque no sale más. Al final de cuentas, la agricultura siempre mira para adelante y espera lo mejor y ojalá rinda lo que tiene que rendir y las pérdidas no sean tan grandes por los problemas climáticos.

Teniendo en cuenta que ya estamos en un 2023 donde el productor agrícola se acomodó un poco más tras el gran golpe económico de la zafra del 2020. ¿Cómo llega el agricultor a esta campaña?

Totalmente, la zafra antepasada fue un desastre, jamás tuvimos algo tan malo en 50 años de soja que estamos plantando acá en el Paraguay con mis colegas, y nosotros solemos vender un 30% anticipado para cubrir las cuentas y ni eso no cubrimos. Ahora bien, de esta última zafra no hay nada de que quejarse, no fue la gran cosa, pero estuvimos muy bien, en parcelas tuvimos un buen rendimiento, otras un poco menos. Creo que de más está decir todos queremos que nuestras parcelas estén al 100% y produciendo por ejemplo 3500 o 4000 kilos por hectárea, pero siempre hay partes donde el resultado es un poco más flaco en las otras partes un poco mejor, pero a nivel general salimos bien y los agricultores estuvieron contentos. La verdad no estoy seguro si llegamos o no a 10 millones de toneladas, y este año queríamos llegar a 11, porque se aumentó poco el área, hay más cosas y recién sabremos cuántos kilos cosechamos cuando pase la báscula del silo, antes de eso todas son hipótesis que se manejan.

¿Parece difícil que se pueda alcanzar los 11 millones de toneladas teniendo en cuenta todo lo que ha experimentado el productor durante los últimos días del año?

Es cierto que algunos sembraron más tarde porque tuvimos factores climáticos importantes como granizadas que empezaron desde el sur, específicamente parte de Encarnación y que después ya fueron hacia el norte, y ese perjuicio todavía no sabemos dimensionar. No obstante, lo que más necesitamos siempre es que caiga la lluvia, y ahora si bien tenemos un poco de exceso, hay partes en donde vino muy bien y estas lluvias son buenísimas ya que el desenvolvimiento de las plantas hasta ahora es excelente. Salvo los casos de los campos bajos en donde se acumula más el agua, se ahoga la planta y ya es un poco más complicada la situación. Entonces, tenemos la esperanza, no vamos a llegar a la cúspide que queremos, el agricultor siempre piensa en una vara más alta y juega a que todos los años se tenga más producción por hectárea, esta zafra no será la excepción conforme vayamos subiendo de a poco con la tecnología y con todo que tenemos. Pero el productor pone todo lo que tiene, lo que puede y el resto ya que la naturaleza nos tiene que ayudar poco.

Mirando el 2024, ¿qué desafíos tiene por delante la producción agrícola y en especial la de soja?

El agricultor tiene que ser muy hábil y tener mucho juego de cintura, por dar un ejemplo, en el norte de Brasil hay una tremenda sequía, en el sur hay inundaciones y ahí nosotros debemos tener mucho tacto y estar muy atentos a que si por ejemplo en el Mato Grosso, con la sequía que hay de golpe llueve, ellos van a plantar maíz o van a plantar soja, y acá nosotros sabemos que podemos manejar un poco mejor porque eso va a tirar la balanza para un lado o para el otro, porque está entre el maíz y la soja nomás momentáneamente el panorama, y hay que estar atento. Ahora también en las redes, en las noticias uno puede investigar constantemente, aparte también muchas multinacionales con sus ingenieros recomiendan a los agricultores que es lo más convincente. En lo que respecta a la Zafriña, es delicado predecir debido a que mucha gente recién en noviembre empezó a plantar debido a la falta de agua, especialmente hacia el norte, por lo tanto, si uno llega a plantar en noviembre ya no da el tiempo para una zafriña y muchas veces la mejor jugada es poner alguna cobertura, algún abono verde o tirarse directamente para el trigo.