Por Marcos Kain |director de SGA
¡Planificando una nueva campaña con mucha esperanza y poca certeza!
Los productores Chaqueños finalizamos una zafra 23/24 marcada por las altísimas temperaturas y una mala distribución de las precipitaciones, que nos arrojó diferentes resultados agrícolas en el Chaco Central, que para la gran mayoría estuvieron por debajo del punto de equilibrio, con quebrantos de entre US$ 150 a US$ 500 por hectárea según la zona y el cultivo.
Ahora bien, como planificamos la 24/25, con un Chicago en soja que no recupera su precio por el momento y que los valores de insumos todavía no se acomodan a la relación INSUMO–PRODUCTO (Lo que compro vs. Lo que vendo). Actualmente presupuestamos un costo de producción en soja de US$ 450 por hectárea en campo propio, y a eso le tenemos que sumar el alquiler si producimos en campos de terceros, estaríamos hablando de un punto de equilibrio en kilos del orden de 1.280 kilos para el primer caso y 1.560 kilos por hectárea para el segundo caso tomando un Chicago mayo 25 de US$ 340 por tonelada descontado un basis de US$ 35 en promedio.
Con un promedio histórico de rendimiento de entre 1.800 a 1.900 kilos de soja el margen descontado un flete a puerto de Asunción o Concepción dependiendo del caso termina siendo demasiado ajustado en la planificación 24/25.
Otro capítulo aparte y que afecta de manera directa el costo de producción para los productores Chaqueños es el canon por regalías de soja intacta, ya que con los promedios históricos estamos “regalando 1.850 kilos” de canon que no podemos usar el año próximo y que debemos pagar a la hora de comprar una semilla certificada.
Transformado en dólares estamos pagando el 100% del canon y utilizando el 50% del mismo, ósea 14,44 dólares por bolsa si sembramos 40 kilos por hectárea de soja estamos regalando. Es un monto más que interesante para volcarlo o dedicarlo a investigación y desarrollo en la zona si lo multiplicamos por el área sembrada la campaña 23/24 en el Chaco Central.
El Chaco necesita infraestructura de logística, como pueden ser puertos en la zona de Carmelo Peralta o más plantas de acopio y procesamiento para mitigar algunos costos que afectan la ecuación económica del negocio, como pueden ser el impacto de los fletes en el valor de la tonelada de entre 35 a 40 dólares o si lo llevamos a hectárea con los rindes promedios estaríamos hablando de un impacto de 76 dólares por hectárea producida.
Este impacto del valor logístico para el caso del maíz Chaqueño inviabiliza el negocio de llevar a puerto de Asunción o Concepción teniendo que comercializar la producción a ganaderos locales o poder pasar ese maíz a kilos de carne en el mismo establecimiento.
Si el área agrícola crece como lo viene haciendo en los últimos años el Chaco Central, sin dudas que el maíz es un jugador necesario en el esquema de producción y rotación agronómica, pero también tiene que ser una opción económicamente viable y rentable para el productor.
Actualmente se usan muchos materiales que para la región oriental funcionan muy bien pero no necesariamente expresan ese potencial en el Chaco Central, y sumado al elevado costo de las bolsas muchas veces hace que los puntos de equilibrio dependiendo del material utilizado, sean muy altos y difícil de alcanzar en los ambientes donde producimos.
El objetivo de esta campaña es realizar una zafra diversificada en cultivos (soja, maíz, porotos, sésamo, chía, algodón y reservas forrajeras), de manera de poder contar con una ventana de fechas de siembra más amplia, diferentes ciclos productivos y ajustar bien los costos de producción, ser muy eficientes en la compra de insumos ya que existe una gran variabilidad para los mismos principios activos en los precios del mercado.
Gracias a Dios llovió estos días, y eso nos trae alivio y nos da “Esperanzas” para una nueva campaña no solo agrícola, sino también para toda la producción ganadera en nuestro querido y amado Chaco.