Paraguay se destacó como el principal origen proveedor de soja a Brasil este año en el que las importaciones brasileñas alcanzaron un nivel récord. De enero a agosto, las exportaciones paraguayas de la oleaginosa al mercado brasileño fueron de 781 mil toneladas frente a 88 mil en el mismo período del año pasado.
De ese volumen, según la consultora paraguaya DasAgro, el 92% se destinó a industrias de Paraná, el 7% a industrias de Rio Grande do Sul y el 1% a Goiás.
Según explicó la socia de la consultora paraguaya DASAGRO, Esther Storch, este importante aumento en el volumen se debió a una combinación de factores, principalmente por una menor venta de los agricultores en Brasil, lo que redujo la oferta de granos comercializables en el país.
“Hay momentos en que los productores brasileños frenaron sus ventas porque vieron la posibilidad de una mejora en el precio vs. la paridad de exportación. Y esto siempre es un marcador para las negociaciones de soja en Paraguay, especialmente para las industrias brasileñas cercanas a nuestra frontera”, señaló Storch.
Además, la oferta paraguaya destacó aún más ya que Argentina no tenía grandes volúmenes para vender y además buscaba asegurar que la oleaginosa paraguaya fuera utilizada en sus industrias procesadoras.
“Las industrias que procesan soja en Argentina también están en Paraguay, y esto terminó controlando un poco el flujo de compra/embarque de soja desde Paraguay, alineándose con la necesidad/capacidad de recepción de la industria y el ingreso de la cosecha de soja argentina”, agregó.
También explicó que, en determinados momentos, otros orígenes resultaron más baratos que Paraguay, incluso para demandas puntuales, estando los precios en el mercado internacional cayendo hace unas semanas.
No sólo en Paraguay, sino en toda Sudamérica, la logística ha sido una preocupación debido al bajo nivel de los ríos. Y en países como Paraguay y Argentina las vías fluviales son fundamentales para el flujo de granos y, en este momento, la preocupación es por los bajísimos niveles de los ríos, lo que obliga a los buques a seguir sus rutas con menos volumen de producto. Algunos ríos registran sus niveles más bajos en décadas.