En un análisis sobre la evolución reciente del mercado global de granos y los factores que están incidiendo en los precios de las materias primas, especialmente la soja y el maíz, el analista internacional del mercado de granos, Federico Morixe, explicó que los precios de las materias primas agrícolas han estado buscando sus valores mínimos desde hace varios meses, y no solo desde la candidatura de Donald Trump.
“La guerra comercial de Trump, junto con una excelente producción en Brasil y Estados Unidos, provocó una caída en los precios de los granos, llevándolos a niveles más bajos, entre US$ 300 y US$ 350 dólares por tonelada. El mercado está ahora preocupado de que los precios puedan seguir cayendo a esos niveles en las próximas semanas”, indicó.
Sostuvo que, algunas personas ya están tomando precauciones, anticipándose a la posibilidad de que, si la producción en Sudamérica sigue siendo abundante y se implementan aranceles más bajos, junto con un Tratado de Libre Comercio (TLC), entre China y los países sudamericanos, los precios podrían seguir bajando. “En ese caso, los precios en la Bolsa de Chicago podrían caer aún más”, señaló.
Dijo que la Bolsa de Chicago, que es el principal mercado de futuros de productos agrícolas, podría ver una caída en los precios si estos factores se consolidan, llevando los valores de la soja, maíz, canola y otros aceites a niveles más bajos.
Sobre la tendencia de la oferta sostuvo que normalmente, los productores en Sudamérica buscan aumentar la producción para reducir los costos, ya que, como vemos, los costos de producción están aumentando.
“El petróleo también muestra volatilidad, al igual que las monedas locales, y la inflación afecta a la mayoría de los países. En este contexto, el productor intenta maximizar la producción para bajar los costos por hectárea. Este incremento en la productividad y la expansión de áreas cultivadas conduce a una mayor producción, lo que, a su vez, puede generar un efecto en la oferta global”, alegó.
Dijo que, muchos productores se están anticipando a estos posibles movimientos, con la esperanza de que Brasil y Argentina enfrenten sequías, lo que elevaría los precios y les permitiría obtener mayores ganancias en sus propias parcelas. Sin embargo, la realidad es que muchos ya están tomando medidas preventivas debido a deudas financieras y económicas, así como a las exigencias de los que financian sus cultivos, insumos o maquinaria.
“Muchos sistemas productivos aún están golpeados por las secuelas de la sequía pasada, los precios bajos y las deudas acumuladas de negocios no cumplidos. Esto deja a muchos productores con deudas atrasadas, y un mal año en términos de precios o producción podría colapsar sus sistemas productivos. Por eso, es esencial minimizar los riesgos posibles”, destacó.
Si Brasil y Argentina tienen una buena cosecha, o incluso si solo Brasil logra una producción destacada, los precios seguirán siendo complicados durante los próximos años. Sin embargo, el factor más importante es el rendimiento, subrayó Morixe.
“Si los productores logran un buen rendimiento, pueden manejar los precios durante uno o incluso dos años. Pero aquellos que tienen deudas y necesitan vender rápido se verán obligados a liquidar a precios bajos, como suele suceder en el mercado agrícola, especialmente durante la cosecha”, apuntó.