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El poroto mung se adapta al Chaco y gana terreno como alternativa productiva

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El poroto mung se adapta al Chaco y gana terreno como alternativa productiva

Los cultivos de especialidad ganan terreno como alternativa productiva frente al clima adverso y los altos costos. El poroto mung, junto con otras especialidades empieza a consolidarse como una alternativa estratégica en el Chaco paraguayo, especialmente ante campañas desafiantes y escenarios de incertidumbre climática.

Así lo afirmó el asesor de empresas agrícolas Hernán Fernández, en diálogo con Valor Agro, al explicar las razones agronómicas, económicas y comerciales por las cuales este tipo de cultivos están cobrando protagonismo en la región.

Uno de los principales atractivos del poroto mung en Paraguay es su extraordinaria adaptación a las altas temperaturas, suelos exigentes y períodos de escasa lluvia.

“Tiene un ciclo corto, de 85 a 90 días desde la siembra hasta la cosecha, y es enormemente rústico”, explicó.

Esta característica permite aprovechar ventanas de siembra donde otros cultivos, como la soja, el maíz o el algodón, ya no son viables. Por ejemplo, el mung puede sembrarse sin problemas en febrero, siendo ideal para una segunda campaña.

“En un año bueno, la soja sigue siendo el cultivo con mejor resultado económico. Pero en años duros, como la campaña 2023/24, es el poroto mung es el que te salva las papas”, manifestó.

Además, resaltó que es un cultivo que requiere un 30% menos de costo que la soja, lo que representa una ventaja importante, sobre todo en años de rentabilidad ajustada o márgenes más finos.

“De alguna manera lo utilizamos como un estabilizador del riesgo. La renta grande está en la soja, pero el mung me da estabilidad en años complejos”, reiteró.

Una diferencia clave frente a los cultivos tradicionales es que el poroto mung no se comercializa como commodity. No cotiza en mercados de futuros, y su venta es más artesanal y personalizada, mediante exportadores especializados con vínculos comerciales principalmente en Asia.

“Es clave que cuando uno decide meter un cultivo de estos en la rotación, tenga al menos charlado a quién se lo va a vender. No es como la soja”, dijo.

Sobre los precios, mencionó que los precios oscilan entre los US$ 450 y US$ 470 y el año pasado se llegó a pagar US$ 520. “Pero pactando toneladas y precio durante la campaña, con acuerdos claros. Es otra lógica de comercialización”, subrayó.

Demanda mundial. Aunque el foco está en Paraguay, es imposible ignorar el contexto internacional que respalda la demanda de este cultivo. El poroto mung es altamente consumido en el sudeste asiático, especialmente en India, Bangladesh, Vietnam, Filipinas y China, donde se convierte en una fuente crucial de proteína vegetal.

“En muchos de esos países, la carne bovina es un lujo inalcanzable. Las legumbres como el mungo cumplen un rol nutricional esencial”, apuntó.

Indicó que esa demanda, que proviene de una población estimada en más de 3.000 millones de personas, garantiza un mercado activo para los exportadores especializados que operan en Paraguay.