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“El área agrícola se ve comprometida un año más en el Chaco paraguayo”

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“El área agrícola se ve comprometida un año más en el Chaco paraguayo”

Laura Meza | Valor Agrícola

El cultivo de soja en el Chaco se ha vuelto desafiante debido a las condiciones climáticas extremas que se presentaron en los primeros meses del año que indefectiblemente se traducen a mermas importantes tanto en áreas de siembra como de rendimiento.

Según indicó a Valor Agrícola el vicepresidente de la Asociación de Productores Agropecuarios para un Chaco Sustentable (APACS), Marcos Kain, los rendimientos del cultivo se ven afectados en gran parte del área por las altas temperaturas que se registraron entre febrero y marzo, que se ubicaron entre 12°c y 17°c por encima del promedio histórico de temperaturas. “El área agrícola se ve comprometida un año más en el Chaco paraguayo”, expresó.

“No tengo un número exacto definido, pero por lo menos se perdió entre un 30 y un 40% del área sembrada y el otro 60 a 65%, está muy comprometida, principalmente lo que es la etapa reproductiva y llenado de granos, por problemas de temperatura”, señaló.

Sostuvo que si bien, en el Chaco Central, en general, se tuvo precipitaciones de entre 80 y 160 milímetros, pero para el principal cultivo de la región, que es la soja, fue demasiado tarde. Para el caso de las especialidades cultivadas en otra ventana siembra “fue una bendición”.

Kain dijo que para los cultivos fue determinante el estrés térmico, por lo que las pérdidas en rindes son muy grandes, teniendo en cuenta que se inició con una campaña con problemas de calidad de vigor de semilla, sumado a las escasas precipitaciones o a la mala distribución de las mismas.

“Particularmente, en un caso puntual nuestro, en un campo de 800 hectáreas nos quedó 80 ha. de soja con mala calidad, alcanzando apenas 400 kilos por hectárea con lo que no cubrimos ni siquiera los costos de producción”, señaló.

Así también, comentó que logró recorrer varios campos dentro de Chaco Central como en Montanía, Mariscal Estigarribia, Neuland, entre otras zonas, “donde se esperan rendimientos que van de 300 a 400 kilos por hectárea, y algún que otro lote puntual, que puede llegar a los 800 y 1.000 kilos”.

Debido a este escenario, alegó que abrieron la alternativa de producción de especialidades como poroto mungo, atzuky, dark y poroto negro, así también chía blanca y negra donde la ventana de siembra se amplía hacia el mes de febrero, inclusive de marzo, para este tipo de productos. “Estas alternativas nos dio la ventaja de sortear las temperaturas altas y aprovechar las precipitaciones de estos días”, remarcó.

Año atípico. Kain sostuvo que, durante este año se han presentado varias situaciones negativas para el sector productivo que van desde los embates del clima, con precipitaciones irregulares y temperaturas que se han ubicado por encima del promedio histórico de 20 años en la región, hasta la caída de los precios internacionales, sumado a basis excesivamente altos que están impactando fuertemente en la rentabilidad del negocio.

Por ello, dijo hay que pensar en estrategias que permitan atomizar más los riesgos y no ser tan “soja dependiente” en el Chaco. En ese sentido mencionó a los cultivos a los que fueron apuntando ante estas adversidades y al algodón, ya que rubros que empezarán a jugar un papel fundamental en el esquema de rotación.