Actualmente el algodón es el cultivo más tolerante al estrés hídrico y térmico en comparación con el comportamiento de otros cultivos en el Chaco.
Debido a esta resistencia del cultivo se estima que se ha llegado al área total de siembra proyectada, según señaló a Valor Agrícola, el vicepresidente de la Asociación de Productores Agropecuarios para un Chaco Sustentable (APACS), Marcos kain. Indicó que este año arrancó con muchos desafíos para el productor chaqueño, con falta de lluvias y altas temperaturas. En ese sentido destacó al comportamiento del cultivo de algodón en la región que nuevamente superó la etapa crítica a pesar de lo abortos del botón floral, aunque alegó que se tendrán mermas en los rindes.
De acuerdo al informe de intención de siembra que elaboró la Asociación de Productores Agropecuarios para un Chaco Sustentable (APACS), se esperaba un aumento del 10,77% del área de siembra del cultivo de algodón en el chaco paraguayo, que pasaría de 49.357 a 54.671 hectáreas.
“Con el algodón estimo que se llegó al área total de siembra. Cabe resaltar que se llegó con una distribución de fecha muy larga que fue de diciembre hasta fines de febrero, con lo que tenemos casi 90 días de etapa de siembra en algodón, lo cual es muchísimo”, indicó.
Kain explicó que, el estrés hídrico es una de las principales causas de aborto en el primer tercio. La falta de agua durante las primeras etapas de desarrollo del algodón puede afectar negativamente la formación y el desarrollo de las estructuras reproductivas.
Si bien, subrayó que se podrá tener una recuperación de los cultivos porque el ciclo productivo del algodón es de 150 días y “todavía le queda campo de acción para recuperarse”, dijo que indefectiblemente el potencial de rendimiento se va a ver disminuido.
En su consideración de las condiciones adversas, destacó la importancia de prestar atención al cultivo del algodón y a otras especialidades agrícolas en la Región Occidental ya que, la diversificación agrícola tiene como objetivo garantizar la sostenibilidad y rentabilidad de la producción agrícola, al tiempo que ofrece oportunidades económicas y promueve la salud del suelo.