La falta de políticas industriales y los constantes cambios de reglas que se imponen al sector de la molienda de oleaginosas vienen perjudicando la capacidad de producción de las fábricas locales y a su vez, limitan en gran medida las inversiones en la industria aceitera, según explicaron desde la Cámara Paraguaya de Procesadoras de Oleaginosas (Cappro)
Ante este escenario, el gremio manifestó que la industria puede crecer aún más en espacio teniendo en cuenta que la producción de soja se sitúa en alrededor de las 10 millones de toneladas anuales siempre y cuando se den las condiciones climáticas.
”Estamos convencidos de que la consolidación de este sector será vital para el desarrollo sostenible de nuestra economía, convirtiéndonos en una potencia e incluso potenciando las ventajas que ya hemos desarrollado en nuestras actividades agropecuarias”, expresaron en su boletín correspondiente a abril.
Ante esta postura, remarcaron su compromiso como gremio en realizar trabajos de forma coordinada con el gobierno de tal modo a generar las condiciones propicias para atraer más inversiones y consolidar al sector.
En ese sentido, desde la Cappro solicitaron al nuevo gobierno que “apunten a una política industrial clara y previsible”, que permita a las agroindustrias nacionales competir en igualdad de condiciones con fábricas de otros países, que protegen sus mercados para el ingreso de productos con valor agregado.