La última campaña agrícola en el Chaco dejó sensaciones mixtas para el sector algodonero. Si bien las lluvias acompañaron en buena parte del ciclo productivo, los excesos hídricos registrados hacia el final del verano afectaron la calidad de la fibra, un factor determinante para la rentabilidad del cultivo. Aun así, los productores mantienen la apuesta y ajustan estrategias para fortalecer su desarrollo en la próxima campaña.
En diálogo con Valor Agro, Diego Benedettini, socio gerente de Latitud Sur, explicó que “el algodón fue uno de los cultivos más perjudicados por los excesos de lluvia”, lo que derivó en una merma de calidad del producto. “Es un cultivo que depende mucho de la calidad de la fibra para que se vea reflejado en el resultado económico del productor”, detalló.
A pesar de las dificultades, consideró que los resultados fueron “aceptables en términos de rendimiento”, y destacó el esfuerzo de los productores por mantener la superficie y seguir mejorando los manejos agronómicos.
Según precisó, “cada campaña deja aprendizajes que permiten optimizar la producción, sobre todo en regiones que aún se están estabilizando desde el punto de vista agrícola”.
El referente de Latitud Sur subrayó además que el algodón “sigue siendo un cultivo estratégico para la diversificación”, al igual que la soja, el maíz o el sorgo. “No podemos recaer en un monocultivo porque eso afecta la productividad futura. La rotación y la diversificación son claves para estabilizar los campos y sostener la rentabilidad en el largo plazo”, sostuvo.
Mirando hacia la próxima campaña, proyectó que el algodón mantendrá su presencia en el esquema productivo chaqueño, acompañado por una mejora en las prácticas de manejo, cobertura y nutrición de los suelos. “En la diversificación de cultivos está la clave para darle estabilidad y sustento a todo el sistema”, apuntó.
“La región tiene condiciones desafiantes, pero también un enorme potencial”, afirmó.