El atraso en la llegada de las lluvias en las zonas nucleos de producción del país vecino podría recortar el área de maíz en la región y quedar por debajo del área de 1,5 millón hectáreas de la campaña previa. Con el aumento de costos, la caída de los márgenes suma presión e incertidumbre a la campaña.
«Habrá que esperar el recambio estacional para que se produzca una variación positiva del régimen pluvial sobre el centro del país», señaló el consultor Alfredo Elorriaga.
De acuerdo al porta de noticias Agritotal, el especialista apuntó que para sembrar el maíz de primera “tendrían que llover por lo menos 50 milímetros”, ya que de no ser así, se va a empezar a correr la siembra del cereal de la primera quincena de septiembre a la segunda o a la primera de octubre; luego iría a maíz tardío.
Además, agregó que con el aumento del costo de los fertilizantes, no hay quien quiera arriesgar. “Si no hay una lluvia importante que dé cierta seguridad podría caer el área de maíz temprano», advierten para los alrededores de Rosario hasta Aldao.
Según expresa el articulo, en Carlos Pellegrini no sólo se necesitan al menos 20 mm para sembrar, sino la certeza de que continuará lloviendo para soportar la enorme carga de dinero y esfuerzo que significa volver a apostar por un cultivo tan caro tras la sequía feroz. «Si el clima no cambia, se piensa no sembrar y guardar la semilla comprada para el año próximo», remarcaron.
En Piedritas (noroeste bonaerense) la intención de siembra del cereal depende de las lluvias de septiembre. La escasez de agua en los perfiles y el atraso en la llegada de las lluvias podría recortar más el área de maíz en la región, dejando la superficie por debajo de 1,5 millón de hectáreas implantadas en la campaña anterior.