Laura Meza | Valor Agrícola

El Chaco, históricamente reconocido por su actividad ganadera, está viviendo un proceso de transformación en el que la agricultura juega un papel clave. Esta región, ha comenzado a integrar la agricultura como complemento necesario para mejorar la rentabilidad y la sostenibilidad del modelo productivo.

En este contexto, Carlos Passerieu, presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios para un Chaco Sustentable (APACS), señaló en Valor Agregado en Radio Asunción 1250 AM, que la agricultura seguirá creciendo en la región, dado el vasto terreno de pasturas degradadas que posee el Chaco.  “Con el tiempo, la degradación de las pasturas, obliga a tomar dos decisiones posibles: recuperarlas con una inversión importante o transformarlas en lotes agrícolas para generar esos recursos forrajeros que le permitan mantener las cargas durante el invierno”, indicó.

Passerieu manifestó que se estima que las hectáreas de pasturas degradadas en el Chaco pueden oscilar entre 800.000 y 1.000.000 de hectáreas. “Actualmente, estamos hablando de apenas 300.000 hectáreas dedicadas a la agricultura. Es decir, solo hemos aprovechado un 25 o 30% del área potencial, por decirlo de alguna manera, para transformarlas en áreas agrícolas. Así que, definitivamente, la agricultura va a seguir expandiéndose”, afirmó.

Respecto a los cultivos que tendrán un mayor impacto en el crecimiento agrícola, señaló que la soja sigue siendo el principal cultivo, con la mayor superficie asignada. Sin embargo, destacó que otros cultivos también están ganando importancia, como el algodón y el sésamo, que han mostrado un notable crecimiento, especialmente en el último año.

“Los productores también empiezan a considerar cultivos que puedan sembrarse cuando las ventanas de siembra se demoran o se complican”, explicó.

Entre estos cultivos, mencionó el sésamo, la chía y el poroto mung, que han ganado terreno debido a su adaptabilidad y la creciente demanda en los mercados internacionales.