Un factor climático clave que podría influir en la planificación del segundo ciclo son las temperaturas levemente por debajo del promedio histórico.
Según explicó la analista de Inteligencia de Mercado de StoneX, Larissa Barboza Alvarez, “las temperaturas por debajo del promedio observadas en las últimas semanas podrían prolongar el ciclo del cultivo, lo cual favorecería la productividad.
Sin embargo, este mismo fenómeno podría retrasar el inicio de la siembra de zafriña, y si el atraso se extiende, aumentaría las probabilidades de que los productores opten por el maíz”.
El ciclo de la soja zafriña, más corto que el de la zafra principal, se estima entre 90 y 100 días, y su extensión podría requerir ajustes en la planificación del sistema productivo.
No obstante, dado que la siembra de primera se realizó tempranamente, no se esperan riesgos inmediatos para el rendimiento general de la campaña.
La cosecha de la soja de primera está prevista para la primera quincena de enero, pudiendo extenderse hasta finales del mes según las condiciones climáticas.
Esto permitirá mantener abierta la ventana ideal para la siembra del maíz zafriña, que se extiende hasta la segunda semana de febrero, asegurando una transición ordenada entre ambos ciclos y un uso eficiente del suelo.