La cosecha de soja de la zafra 2021/22 arrojó números negros en rendimientos y producción total a nivel nacional. El campo enfrentó la peor sequía en 25 años.
Según los datos presentados el miércoles, 20 de abril pasado, por representantes de la Unión de Gremios de la Producción (UGP) y el Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio), se estima que la campaña de producción 2022 tuvo una superficie de siembra de 3.492.309 hectáreas. El rendimiento promedio fue de 979 kilogramos por hectárea, frente a los 2.000 kilogramos de la zafra anterior.
La proyección inicial fue de 10.500.000 toneladas. Sin embargo, solo se obtuvo 3.420.367 toneladas, lo que representa una pérdida de 7.079.633 toneladas (67%).
Por la merma importante de la producción sojera, se estima que dejarán de ingresar al país entre 2.600 a 2.800 millones de dólares en divisas. “Tendremos que importar soja porque no tenemos y será un año complicado económicamente, ya que se suman otros problemas como la suba de combustible, aumento de costos de producción y demás”, dijo Héctor Cristaldo, presidente de la UGP.
Durante la presentación del informe, destacaron que las cinco peores sequías que arrasaron con los cultivos de granos en el país se dieron en el 2004, con 2.011 kilogramos por hectárea; en 2006 con 1.635 kilogramos por hectárea; en 2008 con 1.445 kilogramos por hectárea; en 2012 con 1.367 kilogramos por hectárea y este año 2022 con apenas 979 kilogramos por hectárea.
Los datos satelitales proveídos por los técnicos de la UGP y de Inbio señalan que las épocas de siembra se dividieron en: tempranera, con el 37% de superficie cultivada; media, con el 50%; y tardía, con el 13% del área.
A pesar de crisis climática que provocó un desastre productivo, los productores con esperanza volvieron a sembrar maíz y soja zafriña, para tratar de compensar las pérdidas importantes y pagar los platos rotos en la zafra sojera 2021/22. Actualmente, después de las recientes lluvias, los cultivos se recuperan y avanzan con un buen desarrollo.