Por Federico Morixe | Analista internacional de granos
Justo cuando pensábamos que la temporada navideña traería paz y tranquilidad, el mercado de la soja decidió organizar su propia fiesta de fin de año con una volatilidad que ni el trineo de Santa podría seguir. En las últimas semanas, los precios de la soja han bailado más que un reno en Nochebuena, desafiando la paciencia y el ingenio de nuestros queridos agricultores.
Todo comenzó con una promesa de prosperidad, como esos regalos bajo el árbol, con un aumento en los precios que rápidamente se convirtió en carbón al descender a un preocupante soporte de 478 US$/ton en Chicago. ¡Vaya montaña rusa emocional para nuestro espíritu festivo!
Particularmente, la Soja Julio 2024 se comportó como un elfo travieso, con precios que han hecho malabares desde los 508 US$/ton hasta los 424 US$/ton, y luego, ¡sorpresa! Volvieron a subir a alrededor de los 524 US$/ton durante el verano y el otoño. Parece que el mercado no puede decidir si está en la lista de buenos o malos este año.
Y mientras los agricultores estaban cosechando los cultivos de invierno y sembrando los de verano, también estaban echando un ojo a Brasil y al próximo informe del USDA, preparando sus estrategias de cobertura como quien envuelve los regalos a última hora. La reducción de posiciones en soja ha sido tan cautelosa como un Papá Noel intentando no despertar a los niños.
Por si fuera poco, la situación se complica con una pizca de drama internacional: aumentos en la producción de China, atascos en el Canal de Panamá (quizás Santa debería considerar una ruta alternativa) y, por supuesto, un incremento en los costos de transporte que nos hace añorar los viejos tiempos de los trineos tirados por renos.
Pero no todo son carbones en nuestros calcetines. Con una mirada atenta a las señales del mercado, algunos agricultores esperan con la paciencia de un niño en Nochebuena que los precios se estabilicen en un rango más dulce. Y mientras el mundo enfrenta eventos climáticos más cambiantes que los patrones de tráfico de trineos, las proyecciones de producción en Sudamérica podrían traer tanto regalos como carbones en nuestro futuro.
Así que, queridos agricultores, mientras brindamos con bebidas espirituosas y planeamos el próximo año, recordemos que entender la producción global y adaptar nuestras estrategias es como seguir la receta de la galleta perfecta para Santa. Nuestra habilidad para navegar este entorno festivo y volátil es lo que mantendrá nuestros campos y espíritus floreciendo. ¡Que el nuevo año traiga cosechas prósperas y precios que nos hagan cantar villancicos de alegría!