Se trata de la variedad R82, material que se espera que marque un hito en la productividad, por su buen cargado de granos y ventajas diferenciales en condiciones de estrés hídrico.

Con el mejoramiento genético en soja, el Instituto de Biotecnología Agrícola (Inbio), aporta al desarrollo del sector agrícola, permitiendo más y mejores rendimientos para todos los productores, sin distinción de tamaño o ubicación.

Los primeros trabajos que asentaron esta apuesta a la innovación se iniciaron en 2010, y ya en el 2016 se creó la primera variedad Sojapar, que hoy suma su sexta iteración, denominada Sojapar R 82.

Haciendo historia, la Ing. Estela Ojeda, gerente general de Inbio, recordó que fue un trabajo de mucha investigación que hace posible un impacto positivo en el sector agrícola a través de la biotecnología.

En relación al nombre, recordó que el acrónimo Sojapar hace referencia a las palabras soja paraguaya, mientras que la R es debido a su principal característica, el gen de resistencia a la roya.

Variedad R82

“Tiene un grupo de maduración 6.3, aproximadamente 133 días en promedio, lo que puede variar según las condiciones del clima”, explicó el Ing. Omar Paredes, responsable del área de Comercialización de Semillas. La recomendación es sembrarlo a partir del 15 de septiembre en adelante, pero también puede ser plantado en octubre.

“Si es en septiembre son 10 metros de plantas finales por metro lineal, y si es en octubre son 8 plantas finales por marca lineal”, detalló al tiempo de resaltar la maduración uniforme de granos y la adaptabilidad a distintas condiciones de suelo.

Esta nueva variedad es un avance importante, ya que todo mejoramiento está pensado en las zonas con mayores desafíos para la producción, en las familias que buscan progresar a través del trabajo honesto y la apuesta por el fortalecimiento del campo. Se espera que este material también ofrezca ventajas diferenciales en condiciones de estrés hídrico.