Laura Meza | Valor Agrícola
La combinación de una sequía prolongada, precios bajos y altos costos de producción crea un escenario muy complejo en el departamento de San Pedro. La falta de lluvia y la posible llegada de un nuevo fenómeno de La Niña solo agravan la incertidumbre y los desafíos que enfrentan, según indicó el productor y director de Agroganadera 43 Ricardo Sosa, en un contacto con Valor Agrícola.
“Yo creo que, lastimosamente, vamos a tener una disminución de áreas o un cambio de rubro, dependiendo de la financiación que recibamos. Esperemos que el pronóstico de La Niña no sea tan fuerte y que podamos recibir una ayuda relativamente buena para llegar a la próxima zafra con un promedio mejor que el de los años anteriores, y así intentar aliviar un poco los pasivos”, señaló.
Sosa indicó que hasta ahora, en algunos lugares, hay productores que ya llevan más de 100 días sin lluvia, lo que sigue prolongándose. Además, de que están viendo una falta de confianza para la refinanciación. “Es un problema significativo, ya que después de varios años de pérdidas, las instituciones financieras pueden ser reacias a ofrecer crédito a los productores que han tenido dificultades, cuesta confiar después de tres años de fracasos, pero, básicamente, no es culpa del productor”, expresó.
Sostuvo que en los últimos años ya se ha dado una migración de cultivos, no tanto con la soja, pero sí con el maíz y el pos soja. “Lo que a mí me duele un poco es que se está perdiendo el cultivo de servicio, que es la cobertura que nos protege. En el norte, tenemos suelos más arenosos, que son más sensibles a la sequía. Cuando viene una buena lluvia, esa lluvia no se retiene por mucho tiempo porque la arena seca muy rápido todo”, remarcó.
También explicó que el cultivo de servicio, que se utiliza para cubrir el suelo, requiere una inversión de aproximadamente US$ 80 a US$ 100 por hectárea. “Este costo va en contra del costo de la soja por eso suele ser lo primero en recortarse cuando los productores enfrentan malas cosechas”, añadió.
La disminución en el uso de fertilizantes es otro impacto significativo, dado el alto costo de estos insumos y va creando un ciclo vicioso. “No estoy seguro de qué va a pasar. Dependerá de la resistencia de cada productor. He oído de varios que están perdiendo sus equipos de trabajo e incluso algunos se ven obligados a vender parte de sus tierras. Aunque estos terrenos puedan caer en manos de otros productores, el problema persiste y afecta a todos de manera generalizada”, manifestó.
No hay mucho tiempo. Sosa mencionó que a pesar de todo algunos productores ya están avanzando con la planificación mirando la próxima zafra de soja. Sin embargo, alegó que el problema es que, cuando la situación es adversa, la falta de refinanciación puede reducir las inversiones.
“Si no se cuenta con los recursos necesarios para una inversión adecuada, incluso si se presenta un buen clima con lluvias favorables, no se podrá aprovechar al máximo el potencial del cultivo. Esto se debe a que el cultivo estará limitado por insumos insuficientes, lo que impacta negativamente en el rendimiento de las parcelas”, subrayó.
Y añadió: “No estamos pidiendo una condonación de deudas, sino una refinanciación a largo plazo. Necesitamos proyectar esta refinanciación a un periodo de al menos cinco años. Hacerlo a corto plazo, sería una sobrecarga excesiva. La refinanciación debe ser rápida para que los productores puedan comenzar la próxima zafra con las condiciones adecuadas. Estamos a 40 o 50 días del inicio de la siembra. No hay mucho tiempo”.