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“Si la carne sigue en torno de los US$ 4, todos buscarán convertir su maíz en proteína”

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“Si la carne sigue en torno de los US$ 4, todos buscarán convertir su maíz en proteína”

El empresario ganadero y agrícola del Chaco, Peter Franz, analizó la situación actual del negocio agroganadero, destacando la fuerte relación entre el precio del ganado y las decisiones estratégicas en torno al cultivo de maíz. Señaló que la incertidumbre en el sector agrícola es alta, y que muchos productores podrían optar por transformar su maíz en carne.

“Si la carne sigue a US$ 4, todo el mundo va a convertir en carne su maíz”, afirmó Franz. Explicó que en la región chaqueña los valores que se ofrecen por tonelada de maíz rondan entre los US$ 180 y US$ 190, cifras que no resultan atractivas considerando los costos operativos y de transporte.

“Tal vez en el mercado se escucha más, pero acá tenemos que incluir siempre o restar el flete hasta el mercado y la mayoría, por lo menos, lo que tiene su herramienta de confinamiento, va a apostar a la carne”, expresó.

Además del maíz, Franz mencionó que en la zona también se cultiva sésamo, aunque su precio cayó drásticamente: de 9.000 a 5.000 guaraníes por kilo, una reducción del 40% con respecto al año anterior, sin embargo, se han obtenido buenos rindes.

Pese a los buenos resultados productivos del sorgo, dijo que las condiciones climáticas están afectando el desarrollo de la cosecha. “La humedad nos complica la cosecha, no podemos entrar en los campos”, señaló.

Respecto a la soja, las perspectivas también son positivas en términos de rendimiento, pero nuevamente el clima representa una barrera. “Se observan muy buenas parcelas, pero tenemos que ver si podemos cosechar. Si queda ese tiempo húmedo no podemos subir en la chacra, no podemos sacar eso bueno que se produjo”, advirtió.

En este contexto, muchos productores también evalúan el cultivo de sorgo como alternativa, dada su resistencia a condiciones adversas y su utilidad como forraje en sistemas de engorde. Sin embargo, el enfoque dominante parece estar en mejorar la estructura productiva para poder aprovechar mejor los granos propios y mantener la rentabilidad mediante la producción de carne.

Así, la tendencia apunta a una mayor integración entre agricultura y ganadería, donde el maíz ya no se ve únicamente como un producto de venta directa, sino como un insumo estratégico para potenciar el valor agregado a través de la carne.