La producción agropecuaria de Uruguay intenta hacer frente a la grave sequía que afecta al país, ya que apenas una parte de los suelos productivos utiliza infraestructura de regadío, en lugar de depender de las cada vez más escasas lluvias y de fuentes naturales de agua, como ríos y lagos.

Rafael Terra, profesor de ingeniería ambiental de la Universidad de la República, dijo durante el congreso anual de la federación rural que “Uruguay es un país seco donde llueve mucho y esa es parte de la dificultad por la que no se desarrolla el riego en Uruguay”.  

Según BN America, alrededor del 85% del agua del país que se almacena en embalses se utiliza para la generación de energía. Del 15% restante, 75% se usa para riego, según el Ministerio de Ambiente, y hasta marzo había 1.494 embalses asignados para dicha labor, con una capacidad combinada de 1.600 millones de metros cúbicos, indicó la autoridad Dinagua.

Sin embargo, solo se riegan 225.000ha, según el censo agropecuario del país, de un total de más de 16 millones de hectáreas utilizadas para la agricultura, según muestran cifras del Ministerio de Agricultura.

Bernardo Bocking, gerente de producción de la empresa de cultivo de arroz Donistar, comentó que algunos productores son reacios a adoptar infraestructura de riego debido a sus costos y desafíos técnicos.

“No son decisiones en las que se hacen dos o tres ajustes”, afirmó, y agregó que el riego implica planificar con anticipación el uso del recurso hídrico de una manera completamente diferente a cuando solo se usa agua de lluvia o de fuentes naturales.

Sin embargo, enfatizó los beneficios de adoptar el riego como una forma de mejorar también la productividad en la agricultura.

Nuevo proyecto de Ley. Al cerrar el evento, el presidente Luis Lacalle Pou coincidió en la necesidad de reforzar el riego y aseveró que su gobierno impulsará un nuevo proyecto de ley de riego.

“No solo por la sequía, sino también para aumentar y multiplicar la producción”, manifestó.