Agro del Sur| En simultaneo con el Lanzamiento de la Campaña Gruesa de Argentina, se presentó el 1er Outlook del Mercosur, que proyecta la producción y el comercio agrícola para los próximos 10 años para los principales productos de las cadenas agroalimentarias de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
El mismo fue posible gracias al apoyo de IFPRI y Foresight, con la colaboración de Embrapa y
expertos de Paraguay y Uruguay.
En la apertura del bloque “Outlook para el Mercosur 2033/2034” Valeria Piñeiro del IFPRI, explicó que “la iniciativa de Foresight busca tener todos aquellos instrumentos que permitan analizar y producir la evidencia necesaria para dar opciones que ayuden al tomador de decisiones políticas con el objetivo de tener una producción sostenible e
inclusiva”.
Además, sostuvo que actualmente las dos temáticas principales son la solución de la seguridad alimentaria a nivel global y lo ambiental. Posteriormente, destacaron que el escenario prevé para el bloque un incremento de la producción de cereales y oleaginosas de 104 millones de toneladas en la próxima década, con una expansión de 58 millones de toneladas en las exportaciones.
Los principales incrementos se observarían en maíz (+ 50 Mton), soja (+ 40 Mton) y trigo (+9 Mton). En total, el bloque exportaría 35.500 millones de dólares adicionales hacia 2033/2034, de los cuales Argentina representa 7.317 MUSD, Brasil 25.629 MUSD, Paraguay 1.599 MUSD y Uruguay 958 MUSD.
Estas cifras, sin embargo, se encuentran condicionadas por un contexto de fuerte incertidumbre, que analizó Maximiliano Moreno, director de la Fundación INAI. Explicó que cada vez hay más factores de incertidumbre, son cada vez más determinantes, cada vez es más difícil predecir su evolución y cada vez hay menos control sobre ellos, porque son factores externos a la voluntad de los países y escapan a los decisores políticos.
Entre ellos, destacó: la geopolítica, la vulnerabilidad de las cadenas globales y los cambios del orden internacional hacia políticas de autonomía estratégica; resurgimiento de movimientos nacionalistas, políticas proteccionistas y la posibilidad de una nueva guerra comercial; debilitamiento del multilateralismo y tendencia hacia el unilateralismo para intentar resolver problemas globales, especialmente en materia ambiental; el impacto de los conflictos armados en la logística del comercio y las cadenas de valor; la relación cambio climático agricultura y la transmisión de enfermedades; el crecimiento demográfico y la evolución de la demanda de alimentos; y el estancamiento de nuevos Tratados de Libre Comercio.