El primer problema que enfrentó la segunda campaña fue la falta de lluvias. Esta situación, ha generado preocupación en el sector agrícola con los cultivos de entrezafra. En Canindeyú, el cultivo de maíz zafriña fue el más golpeado, por lo que productores de esta región prevén pérdidas significativas y riesgos financieros, ya que han invertido importantes recursos para su producción.
En contacto con Valor Agrícola, el productor Celito Cobalchini, sostuvo que ante este complicado escenario estiman una importante merma debido a la sequía que tuvo un impacto significativo en los cultivos de maíz, especialmente durante etapas clave de crecimiento. “Si bien, tuvimos algunas localidades donde cayeron algunos aguaceros, donde todavía se tienen esperanzas de lograr de cierta recuperación, estimamos una pérdida de hasta el 80% de la producción”, indicó.
Cobalchini dijo que solo resta que los bancos puedan contribuir con el sector productivo ante esta situación para seguir sembrando. “Es una merma muy importante y más aún de este cultivo que requiere de mucha inversión. Realmente tenemos que intentar todo y tener una oportunidad de refinanciación para poder continuar, esa es la única esperanza que nos sobra ahora mismo”, subrayó.
Con la soja zafriña, indicó que también se tiene una reducción del potencial productivo, teniendo en cuenta que el promedio general de la región se ubica en torno a los 2.200 kilos por hectárea, pero con el escenario actual solo se estaría alcanzando un promedio de entre 800 y 1.000 kg/ha. “Con la soja también tuvimos un impacto importante. Ahora sí, con el maíz prácticamente se pierde todo”, señaló.
Así también manifestó que, con el cultivo de soja, correspondiente a la campaña principal, ya tuvo una merma significativa debido a la sequía, pero, el detrimento más grande fue el de los precios, ya que, en años anteriores, los precios oscilaban entre US$ 480 y US$ 500 dólares la tonelada y hoy se ubica entorno a los US$ 330. “Con ese precio no hay un solo productor al que le sobre plata, prácticamente apenas logran cubrir el costo de producción. Y añadió: “Con estos precios no se puede ni volver a cultivar».
En ese sentido sostuvo que, ante esta situación, la mayoria de los productores no vendieron su producción, porque “si comercializa ahora, automáticamente se queda debiendo a la empresa, entonces intenta esperar un poco más para verse si de repente se incrementan los precios”.
Cobalchini expresó que es una situación muy delicada porque también el productor tiene que estar planificando la producción para la próxima campaña agrícola con la compra de insumos. «Ya se debe ir comprando los fertilizantes teniendo en cuenta el tiempo que demora para llegar a destino», apuntó.