Si bien, algunas zonas del departamento de San Pedro, reportaron buenos rindes en las primeras cosechas, la disparidad de lluvias limitó bastante a la producción. En el distrito de Villa del Rosario, se registraron picos máximos de 4.000 a 4.200 kilos por hectárea, gracias a los acumulados de agua de los últimos meses del año. Sin embargo, en estos momentos el estrés hídrico en la soja ya comienza a notarse.

En ese sentido, Pedro Viveros, del departamento agropecuario de la Cooperativa Volendam, comentó a Valor Agrícola que, están bastante preocupados debido a la falta de precipitaciones. Si bien, se tuvo buenos rindes en algunas parcelas, fueron casos muy específicos. Indicó que el promedio real de la zona por el momento se ubica en torno a los 2.500 kilos por hectárea.

“Tuvimos una siembra muy tardía porque las condiciones climáticas no estaban dadas. Ahora se están cosechando parcelas que fueron sembradas en octubre y parte de noviembre. Está claro que este será un mejor año comparándolo con años donde sufrimos de una sequía extrema, pero de igual manera esperamos algunas precipitaciones para tener un rendimiento superior”, señaló.

Vivieros sostuvo que, esta combinación de factores ambientales puede afectar negativamente el desarrollo y rendimiento de los cultivos. El estrés hídrico causado por la humedad en el suelo puede limitar la disponibilidad de agua para la planta. Además, las altas temperaturas pueden llevar a un aumento en la tasa de transpiración de las plantas, lo que agrega más estrés hídrico y puede resultar en una disminución adicional en el rendimiento de la soja. “Todas esas condiciones nos están dificultando tener una buena perspectiva con los rindes, pero estamos entre los 2.000 y 2.500 kilos para este año”, estimó.

Con respecto a la campaña de entrezafra, dijo que el departamento de San Pedro ha teniendo muchas dificultades con la producción de maíz, principalmente porque viene incrementándose la presión de la “cigarrita”, además de otros factores que limitan la rentabilidad como el clima y los costos de las semillas.

“El agricultor está pensando si es conveniente nuevamente plantar soja o algún otro cultivo ya que en los últimos años hemos tenido muy mala experiencia con la rentabilidad por lo que nuestra expectativa de siembra es bastante baja. En Volendam, por ejemplo, normalmente llegamos a más de 9.000 hectáreas de maíz al año, para este año no creemos alcanzar ni 5.000, pero estamos haciendo todo lo posible para controlar esta situación, especialmente en materia fitosanitaria”, precisó.