El integrante de la Asociación Rural del Paraguay, Rodolfo Grau, resaltó que aunque la soja tempranera tuvo buenos rendimientos, las pérdidas en cultivos de mediana temporada son significativas debido a las condiciones climáticas adversas. Ante este panorama, subrayó la necesidad de diversificar actividades productivas, como la reforestación y el retorno a la ganadería, para garantizar la sostenibilidad del sector agropecuario.

Durante una entrevista con Valor Agregado en Radio Asunción 1250 AM, mencionóque en la zona de San Pedro se registraron lluvias de forma general el lunes pasado. Sin embargo, la cantidad de lluvia fue muy desigual. “En General Resquín, en el centro mismo, tuvimos 32 milímetros”, señaló.

Agregó que, al conversar con otros productores, algunos reportaron precipitaciones de 70 milímetros, mientras que otros apenas alcanzaron los 10 o 15 milímetros. Esto refleja que la calidad y cantidad de la lluvia no fue uniforme. “Tuvimos lluvias, los cultivos están recuperándose, y el rebrote de pastura también. Pero, lamentablemente, el daño ya está hecho”, apuntó.

Asimismo, Grau destacó que se han obtenido importantes conclusiones sobre la necesidad de reinventar las prácticas en el campo.“Los planes de negocios deben actualizarse rápidamente debido a los acontecimientos. Tras cuatro años de sequía, la agricultura ha requerido muchas cuentas por pagar y refinanciaciones. Hace apenas unos días, el Banco Central del Paraguay publicó una directriz sobre este tema”, explicó.

En cuanto a los rendimientos, indicó que la soja tempranera tuvo resultados de buenos a muy buenos. Sin embargo, “los cultivos de mediana temporada no justifican económicamente los costos de ingreso con la cosechadora, lo que implicaría un sobrecosto adicional. Lamentablemente, la situación es así”, lamentó.

Grau comentó que, hasta diciembre, hubo parcelas que recibieron lluvias regulares. Sin embargo, las altas temperaturas y la intensa radiación solar de enero provocaron una evapotranspiración severa en las plantas, afectando negativamente varias hectáreas, no solo de soja, sino también de otros cultivos.

“Debemos entender de una vez por todas que necesitamos capacitarnos y aplicar buenas prácticas agrícolas para sobrevivir. Cuatro años de condiciones difíciles han llevado a que muchas hectáreas de San Pedro, que originalmente eran de ganadería, pasaran a la agricultura. Hoy, esas tierras están regresando a la ganadería o la reforestación”, señaló.

En el caso de su familia, Grau indicó que planean volver a la ganadería en una parcela importante y dejar otra parte para la agricultura como fuente de diversificación.

“Siempre buscamos un equilibrio en el negocio basándonos en el índice de rentabilidad y la tasa de seguridad. La agricultura y la ganadería pueden generar beneficios económicos, pero, desde el punto de vista financiero, la ganadería es más previsible y confiable”, subrayó.

Sobre la situación actual, comentó: “Los precios en 2024 fueron desastrosos. Necesitamos sincerar los números reales, contar con el Instituto de la Carne y esclarecer la situación económica. Estimo que en San Pedro reduciremos el stock ganadero entre 700 y 1.000 cabezas. Veremos qué sorpresas nos depara el futuro”, añadió.

Grau señaló que, en general, el panorama indica que muchos campos volverán a la ganadería, dejando de lado la agricultura.

Consultado sobre la alternativa de la forestación, mencionó que su familia lleva trabajando en reforestación desde hace seis años. Explicó que existen dos modalidades: la reforestación pura y el sistema silvopastoril.

“En la reforestación pura, sin ganadería, se pueden plantar alrededor de 900 árboles por hectárea. En cambio, en el sistema silvopastoril, que combina reforestación con ganadería, se manejan unas 700 plantas por hectárea. Este modelo sacrifica aproximadamente un 40% de la superficie útil, pero permite incorporar otra unidad de negocio. Aunque disminuye la carga ganadera, mejora otros aspectos”, detalló.

Finalmente, destacó que la forestación es una gran oportunidad que llegó para quedarse