Según recientes declaraciones de autoridades brasileñas, la nueva legislación promulgada por la Unión Europea para prohibir la importación de productos vinculados a la deforestación está complicando las negociaciones de un acuerdo comercial con el bloque sudamericano del Mercosur.

Si bien la responsabilidad de cumplir las nuevas normas recaerá en los importadores de la UE, la secretaria de Comercio Exterior brasileña, Tatiana Prazeres, dijo que en las conversaciones comerciales no se puede ignorar el impacto comercial para los exportadores en el aumento de los costos y la burocracia, refiere un artículo de la agencia Reuters.

Esta postura se da en vista a que los legisladores de la UE aprobaron en abril una normativa que exige a los productores de soja, carne de vacuno, café, madera y otros productos básicos que demuestran que su cadena de suministro está libre de deforestación.

En ese sentido, Prazeres añadió que sin embargo, las negociaciones UE-Mercosur son una oportunidad para influir en la aplicación de las normas sobre deforestación y encontrar formas de compensar con concesiones comerciales que mantengan un equilibrio en el acceso al mercado.

Como respuesta, un diplomático europeo respondió: «Realmente no les gusta la directiva sobre deforestación, pero estamos intentando tranquilizarlos para que la aplicación tenga en cuenta algunas de sus preocupaciones».

Tanto Prazeres como el secretario de Economía y Finanzas del Ministerio de Asuntos Exteriores, Mauricio Lyrio, dijeron que esperan poder anunciar la tan esperada conclusión de las negociaciones comerciales con la UE en una cumbre del Mercosur el 7 de diciembre.

Reiteraron la posición del Gobierno brasileño de que la ley de deforestación de la UE es proteccionista, arbitraria e incompatible con las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).