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Oliver Wiebe de Chortitzer: “Estamos enfocados en seguir añadiendo valor a la producción de algodón”

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Oliver Wiebe de Chortitzer: “Estamos enfocados en seguir añadiendo valor a la producción de algodón”

En un continuo proceso de fortalecimiento y diversificación del segmento industrial, especialmente en el rubro del algodón, el gerente de la Planta Algodonera de la Cooperativa Chortitzer, Oliver Wiebe, destacó en Valor Agrícola el notable crecimiento del sector en el Chaco. Además, subrayó las oportunidades de mercado al impulsar la industrialización en la producción.

En ese sentido, señaló que están avanzando en un proyecto para establecer una planta industrial destinada a la extracción de aceite de semilla de algodón. “Estamos enfocados en seguir añadiendo valor a la producción lo que nos abrirá nuevas oportunidades en el mercado”, afirmó.

¿Cuál es su opinión sobre el desarrollo y el futuro del cultivo de algodón en la región del Chaco y en general?

El crecimiento del cultivo de algodón en la región del Chaco está estrechamente vinculado al desarrollo general de la agricultura en esa área. Durante muchos años, se creyó que, debido a las condiciones climáticas adversas, especialmente en el Chaco, no era posible llevar a cabo prácticas agrícolas rentables. Sin embargo, a través de investigaciones continuas y el manejo adecuado del suelo, como la gestión del agua y otras técnicas, se encontraron métodos para hacer la agricultura viable en estas condiciones.

Estos avances han beneficiado no solo a la agricultura en general, sino también específicamente al cultivo de algodón. El algodón es conocido por su resistencia a suelos salinos y por su capacidad de tolerar condiciones climáticas extremas como inundaciones y sequías mejor que otros cultivos. Por lo tanto, el crecimiento del algodón en la región del Chaco puede atribuirse en gran medida a estas capacidades de adaptación del cultivo, así como a las investigaciones y prácticas agrícolas mejoradas que se han desarrollado en los últimos años.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta el proceso de crecimiento del cultivo?

Actualmente, el cultivo de algodón enfrenta un desafío importante en términos de costos de producción, especialmente al compararlo con cultivos como la soja. Una de las principales diferencias radica en la maquinaria requerida para la cosecha: mientras que una cosechadora de granos puede ser utilizada para diferentes cultivos como soja, sorgo, maíz, sésamo o chía, la cosechadora de algodón está especializada exclusivamente para este cultivo, por lo que encontramos un desafío financiero.

Otro desafío significativo es la limitada adopción de nuevas biotecnologías en el cultivo de algodón en Paraguay, debido a la aún baja cantidad de producción de algodón en el país. Estas biotecnologías podrían potencialmente mejorar considerablemente la eficiencia y la rentabilidad para los productores, pero su introducción y adopción están restringidas actualmente. Esta situación representa una barrera importante para el desarrollo del sector algodonero, ya que limita las mejoras en resistencia a enfermedades, adaptabilidad a diferentes condiciones climáticas y rendimientos por hectárea.

¿Cómo se está progresando en términos de investigación? ¿Visualiza un escenario positivo en este sentido?

Visualizamos puntos positivos. Las tres cooperativas de producción del Chaco Central cuentan con el respaldo de la Fundación Ideagro, que realiza investigaciones en diversas ubicaciones y tipos de suelos. Además, envía técnicos a países con condiciones climáticas similares para explorar nuevas tecnologías y metodologías aplicables en la región. Esta iniciativa fortalece las prácticas agrícolas y contribuye al aumento de la productividad.

Hay una diversidad de productores en nuestra región, algunos dedicados intensamente al cultivo, vigilando meticulosamente cada aspecto, desde el mantenimiento de sus máquinas hasta el estado de sus parcelas. En nuestra cooperativa, estos productores reciben un sólido respaldo a través de diferentes departamentos especializados. Tenemos un departamento que suministra los insumos agrícolas necesarios, asegurando que los productores tengan acceso a materiales de calidad para optimizar sus prácticas agrícolas y también ofrecemos un departamento de créditos y finanzas que facilita el financiamiento necesario para llevar a cabo el cultivo, asegurando que los recursos económicos no sean una limitación para nuestros asociados.

¿Deberíamos continuar explorando nuevos mercados para el algodón?

Actualmente, el 99% de nuestra producción de fibra de algodón se dirige principalmente a países asiáticos como Vietnam, Indonesia, Bangladesh, Turquía e incluso hacia Alemania. Nuestros servicios de procesamiento están disponibles para todos, sin discriminación, y cada lote se procesa individualmente. Esto significa que el rendimiento y la calidad varían según los cuidados del productor y el método de cosecha utilizado, asegurando que cada uno reciba un pago justo basado en lo entregado.

Para el futuro cercano, veo crucial enfocarnos en investigaciones y desarrollos que mejoren la calidad de nuestro producto. Hace solo unos años exportábamos algodón cultivado en 3.000 a 5.000 hectáreas. Hoy en día, estamos manejando 50.000 hectáreas, lo que significa que tenemos diez veces más producción de algodón para colocar en el mercado. Este crecimiento es un proceso gradual y estamos avanzando paso a paso.

Considerando este crecimiento, ¿es importante evaluar si debemos seguir avanzando hacia la industrialización del algodón?

Viendo la fibra como el componente más valioso del algodón, es alentador observar que en nuestro país se están estableciendo nuevas hilanderías, lo cual es positivo para la industria. En nuestro plan estratégico a largo plazo, no solo contemplamos la venta de la fibra, sino también la comercialización del hilo.

Actualmente, alrededor del 50% de la semilla de algodón se destina principalmente a ganaderos, tamberos y a industrias de extracción de aceite. Parte de esta semilla también se exporta, habiendo recientemente abierto mercados en Arabia Saudita, Omán y Qatar. En este sentido, como cooperativa, estamos trabajando en un proyecto para establecer una planta de extracción de aceite de semilla de algodón, lo cual agregaría valor al producto. Esto nos permitiría no solo vender la semilla, sino también el aceite y el expeler de algodón.

En el futuro, una vez establecida la extracción de aceite, será necesario desarrollar mercados para comercializar el expeler de algodón, completando así los siguientes pasos en el proceso industrial que como cooperativa estamos comprometidos a llevar a cabo para continuar desarrollando el sector algodonero.