Los mercados agrícolas pueden ser altamente volátiles y las decisiones de los inversores pueden influir drásticamente en los precios, independientemente de las condiciones físicas del mercado. En contacto con Valor Agrícola el asesor de empresas agrícolas, Hernán Fernández, señaló que, aunque la oferta y la demanda siguen siendo factores cruciales, quedan eclipsados por influencias financieras.
Indicó que, en los últimos 25 años, especialmente desde finales de los 90, productos agrícolas fundamentales como la soja, el maíz y el trigo se han transformado en activos de riesgo en los que se especula con grandes volúmenes de dinero en el mercado de Chicago. “Te garantizo que cuando el mundo financiero se alinea, arrasa con cualquier efecto de oferta y demanda que lo contradiga”, manifestó.
Como ejemplo de esta dinámica, comentó que, desde finales de agosto hasta hoy, el precio de la soja ha aumentado US$ 25 en el mercado de Chicago, a pesar de estar en plena cosecha americana, que se considera como una de las más grandes de la historia. Dijo que, actualmente, hay un excedente de soja y maíz en Estados Unidos, y, sin embargo, en los últimos 40 o 50 días, los precios han experimentado un notable aumento.
“Lo que pasa es que está entrando dinero; hay fondos especulativos comprando nuestros productos, al igual que otros activos financieros. Esto se debe a que el Banco Central americano ha comenzado a reducir las tasas de interés, tras haberlas incrementado 11 veces en el último año y medio. Así, gran parte del capital que había salido del mercado y que había decidido vender nuestros productos—me refiero a dinero especulativo—está volviendo a entrar. Cuando el dinero entra o sale, se lleva puesto cualquier influencia alcista o bajista relacionada con la oferta y la demanda”, explicó.
Dijo que, actualmente nos encontramos ante un escenario de oferta y demanda en el que hay un exceso de granos por todas partes. Las producciones son enormes, pero la demanda es escasa, creando una paradoja en el mercado. Sin embargo, existen vientos financieros que comienzan a jugar a nuestro favor, en medio de un entorno geopolítico extremadamente complejo, marcado por tensiones en Medio Oriente, como el conflicto entre Israel y Hamas, y la guerra en Ucrania, que persiste sin resolverse.
“Mi mensaje es que debemos estar muy atentos a nuestros presupuestos y considerar vender cuando surjan márgenes favorables, ya que el entorno es complejo y hay vientos que comienzan a jugar a nuestro favor”, expresó.
Recordó que, en la campaña pasada, Brasil sufrió una pérdida significativa de producción de entre 30 y 35 millones de toneladas, respecto a la estimación original, debido a la escasez de humedad en los estados de Mato Grosso y Goiás, que representan más de dos tercios de la producción de soja brasileña y a pesar de esta disminución en la producción del principal productor y exportador de soja del mundo, los precios cayeron más de US$ 220.
“Esto nos brinda una clara evidencia de que no todas las variaciones de precios dependen únicamente de la producción y el clima”, alegó.
Subrayó que hoy, la situación es inversa: hay un excedente de mercadería en Estados Unidos, y, sin embargo, los precios han subido. Por otro lado, la siembra en Brasil está retrasada y enfrentando dificultades debido a la falta de humedad, un tema que merece seguimiento. “No debemos asumir que únicamente estos factores se tendrá un aumento de precios”, remarcó.