El acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), anunciado el pasado 6 de diciembre, generó diversas reacciones en Paraguay. Hugo Pastore, director ejecutivo de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), expresó su cautela ante los detalles del acuerdo, enfatizando que, si bien los acuerdos comerciales y la apertura de mercados son siempre interesantes, deben ser beneficiosos sin obstaculizar el desarrollo nacional.
Pastore destacó que la posición de Paraguay sigue siendo clara: los acuerdos comerciales son positivos mientras se mantengan condiciones que favorezcan la expansión de mercados, preferentemente sin afectar las capacidades de desarrollo interno. En ese sentido, recordó que las discusiones recientes habían tocado puntos como la resolución 1115, que impacta directamente en la producción de soja, uno de los principales productos de exportación del país.
En cuanto a la resolución, Pastore señaló que “Paraguay ha hecho bien su tarea en términos de legislación medioambiental, la Ley de Deforestación Cero en la región oriental del país, lleva más de 20 años en vigor”.
Sin embargo, también resaltó la diferencia con la Región Occidental, el Chaco, donde aún hay espacio para ser desarrollado. Afirmó que no se puede “poner un candado” en esa vasta región, considerando su baja población y el potencial de crecimiento económico que podría traer el desarrollo controlado.
Pastore también reconoció la posición clara y alineada del gobierno paraguayo, especialmente de la Cancillería y el presidente de la República, en relación con la necesidad de un desarrollo equilibrado y sostenible. A pesar de los puntos de objeción sobre algunos aspectos operativos del acuerdo, la postura general es que el acceso a nuevos mercados, con beneficios preferenciales, sigue siendo una prioridad para el país.