La nueva campaña agrícola se inicia en un contexto particularmente desafiante. Este año, las perspectivas climáticas indican la influencia de La Niña, lo que hace fundamental que los productores ajusten sus estrategias de manejo para lograr el mayor rendimiento posible, especialmente en un escenario de precios deprimidos.
En ese contexto, el presidente de la Unión de Gremios de la Producción comentó a Valor Agregado en Radio Asunción 1250 AM que, los retrasos en la siembra en algunas regiones debido a la falta de humedad en el suelo, es una situación complica más a la zafriña que a los rindes de la campaña principal. “Es crucial que las lluvias se den en el momento adecuado, es decir, en diciembre y enero, las lluvias de estos meses son lo que definen el rendimiento. Durante este período, las plantas enfrentan su mayor exigencia, especialmente en las etapas de floración y llenado de granos”, explicó
Indicó que el atraso en la siembra puede complicar un poco el ciclo agrícola, pero en general las perspectivas son buenas. “Se prevé que a finales de septiembre y en octubre tengamos lluvias razonables, lo que nos permitirá iniciar la siembra sin mayores contratiempos. El desarrollo del cultivo a partir de mediados de noviembre, diciembre y enero será clave para determinar los rendimientos”, subrayó.
En ese sentido, dijo que se estará monitoreando la situación y revisando constantemente las proyecciones climáticas, para ir ajustando las estrategias de manejo según sea necesario. “Es fundamental que los productores se esfuercen y dediquen todos sus recursos para lograr el máximo rendimiento posible, especialmente en un contexto de precios deprimidos. Un alto rendimiento será crucial para obtener resultados económicos más favorables”, sostuvo.
Cristaldo manifestó que esperan que el área de siembra se mantenga en 3,5 millones de hectáreas. Aunque en el norte podría haber una reducción debido a los últimos tres años difíciles, esto podría compensarse con incrementos en otras regiones. “Si todo va bien, una cosecha razonable debería alcanzar al menos 10 millones de toneladas. Cualquier cantidad que supere esta cifra será bienvenida”, destacó.
Y añadió: “Ojalá lleguemos a las 11 millones de toneladas mencionadas por el USDA. Esto sería muy beneficioso para Paraguay, ya que una buena cosecha se traduce en un año económico favorable, y cuando el campo produce bien, Paraguay crece”, expresó.
Mercado. Cristaldo manifestó que lo que se proyecta es una tendencia a la baja debido a las perspectivas de buena cosecha en Estados Unidos y la desaceleración de la economía china. “Los precios actuales, alrededor de 300 US$/tn, son similares a los de hace 20 años, mientras que los costos de producción han aumentado”, remarcó.
Explicó que esto ha llevado a muchos productores a una situación financiera ajustada, necesitando producir al menos 2.500 kilos por hectárea para alcanzar el punto de equilibrio. Mientras que aquellos que arriendan tierras deben generar más de 3.000 kilos.
Preocupación por la bajante del río. La bajante del río es una gran preocupación tanto para importadores como para exportadores, ya que los tiempos de navegación se alargan. Cristaldo dijo que, si bien, se está implementando un nuevo sistema para eliminar piedras en los tramos más difíciles, cortándolas en láminas, es crucial que regresen las lluvias, especialmente en el norte del Pantanal, para que el río Paraguay recupere su nivel.
“Actualmente, se encuentra en un mínimo histórico, lo que ya tuvo un impacto en la campaña de 2023. Los costos de descuentos en Chicago, que oscilaban entre US$ 30 y US$ 50 el año pasado, este año han aumentado a entre US$ 80 y US$ 110, reflejando la dificultad de transporte por vía fluvial”, resaltó.