A pesar de una campaña agrícola irregular, los campos en el Chaco continúan desarrollándose impulsado por la rentabilidad de la agricultura y la introducción de cultivos estratégicos como el algodón y la producción de especialidades.
Según indicó a Valor Agrícola el consultor agrícola y director de SGA, Marcos Kain, el área agrícola en la Región Occidental sigue expandiéndose constantemente que se debe a que muchos campos ganaderos están siendo convertidos en campos agrícolas. “En los periodos favorables, la relación entre ingresos y costos en la agricultura puede llegar a ser hasta tres veces mayor en comparación con la ganadería. Este cambio refleja cómo las condiciones económicas y las oportunidades del mercado están influyendo en las decisiones sobre el uso de la tierra en esa región específica”, señaló.
“Estoy involucrado en recorrer y trabajar sobre proyectos existentes y analizar nuevos. Cada apertura en la región suele ser de 1.000 a 3.000 hectáreas”, destacó.
Kain dijo que, en el Chaco, se observan dos factores clave que están impulsando el desarrollo agrícola. En primer lugar, el algodón ha demostrado ser una rotación efectiva que está ganando terreno como componente fundamental del área agrícola, “jugando un papel crucial en la expansión continua de la agricultura en la región”.
Por otro lado, alegó que el cultivo de gramíneas de verano como maíz o sorgo también son claves dentro de este crecimiento. “Dado el actual precio del ganado, que ronda entre los 3 y 3,15 dólares, muchos productores encuentran rentable destinar estos cultivos a la producción de carne. Esta estrategia permite convertir eficientemente maíz o sorgo en kilos de carne, aprovechando las oportunidades del mercado ganadero”, apuntó.
Manifestó que hoy en día, la rentabilidad del negocio se ha vuelto más delicada, haciendo que sea imperativo para los agricultores incluir maíz o sorgo en sus rotaciones antes de sembrar soja. Esta estrategia se ha vuelto indispensable debido a los estrechos márgenes de ganancia en el negocio agrícola.
“Existen factores externos a la agricultura que pueden influir en las decisiones de los productores sobre qué cultivos cultivar considerando las múltiples variables para garantizar la rentabilidad y la sostenibilidad”, remarcó.
En ese sentido, resaltó que este año en particular han incorporado dentro de su portafolio cultivos especializados como el poroto mungo, dark, atzuki y poroto negro ya que estos productos les permiten diversificar el riesgo, ampliar las ventanas de siembra y operar con estructuras de costos diferentes a las de la soja o el algodón.
“Por cada hectárea de algodón que yo produzco en el Chaco, hago dos de soja o casi tres de especialidades, entonces tener ese mix de diversificación no solo ayuda a mitigar riesgos, sino que también optimiza las ventanas de siembra y reduce los costos de producción y creo que lo está haciendo muy atractivo al Chaco. Observo un creciente interés por parte de inversores argentinos en nuestra región, y la mayoría muestra un firme compromiso con el desarrollo agrícola. Este enfoque no solo impulsa la producción, sino que también promueve un desarrollo económico sostenible en el Chaco”, expresó.