En los últimos años, la ganadería nacional ha enfrentado múltiples desafíos que han ralentizado el crecimiento del hato bovino. Si bien el país mantiene una posición destacada como exportador de carne bovina, la realidad productiva del hato muestra signos de estancamiento. Actualmente, el número de cabezas ronda los 14 millones, muy por debajo del potencial estimado, fundamental para sostener una industria ganadera competitiva y rentable.
Ante esta situación, distintos actores del sector coinciden en que es necesario un cambio estructural, con acciones enfocadas en mejorar la eficiencia y sostenibilidad del sistema de producción. En ese sentido Elías Saad, asesor genético y propietario de Saad Mejoramiento Genético, sostuvo en entrevista con Valor Agro que hay cuatro factores determinantes para lograr la recuperación del hato, siendo la eficiencia reproductiva el más urgente.
“La eficiencia reproductiva es el punto clave para recuperar el hato. Si venimos mejorando este porcentaje año a año, eso nos va a ayudar considerablemente en el repoblamiento ganadero”, señaló, al remarcar que actualmente la eficiencia promedio en muchos establecimientos sigue siendo baja.
Según explicó, el gran desafío está en los productores pequeños y medianos, donde la brecha con respecto a los grandes productores es significativa.
“El productor grande generalmente supera el 70% de eficiencia reproductiva. La brecha real está entre el chico y el mediano. Ahí es donde debemos insistir para mejorar”, afirmó.
Propuso una estrategia conjunta entre el sector público y privado, con la participación del Senacsa, la Asociación Rural del Paraguay y otras instituciones, a través de planes sanitarios, programas de extensión, cursos técnicos y asistencia directa en el campo.
“Tenemos que trabajar todos juntos, con alianzas público-privadas, y utilizar las herramientas que ya tenemos. Si subimos 1 o 2 puntos porcentuales por año, eso marcará una gran diferencia a largo plazo”, aseguró.
El contexto actual de precios favorables para la carne bovina representa una oportunidad única para mejorar la reposición del hato. Saad recordó que, en periodos anteriores con precios deprimidos, los productores se vieron obligados a aumentar la faena para cubrir los costos, sacrificando así la retención de vientres.
“Los bajos precios presionaban a faenar más, lo que superaba la tasa de reposición. Veníamos comiéndonos la cola. Ahora, con buenos precios, es posible vender menos y retener más vaquillas”, indicó.
Según el especialista, esta coyuntura permite a los productores planificar con una visión más a largo plazo, priorizando la mejora genética y la productividad por animal.
Otro de los pilares para lograr la recuperación del hato es el acceso a productos financieros adaptados a la realidad ganadera. Destacó el papel que hoy están empezando a cumplir los bancos, al ofrecer líneas de crédito con tasas competitivas y periodos de gracia.
“El sistema financiero es un jugador muy importante en este proceso. Hay bancos que están lanzando productos interesantes, con retención de vientres, intereses razonables y años de gracia. Eso ayuda mucho”, subrayó.
Para el asesor, facilitar el acceso al financiamiento es esencial, sobre todo para los pequeños y medianos productores que necesitan invertir en genética, infraestructura y sanidad, sin presiones de pago a corto plazo.
El último punto que considera fundamental es el mejoramiento genético mediante el uso de toros probados, con certificaciones sanitarias y reproductivas. Atendiendo la práctica aún común de utilizar toros sin ningún tipo de análisis, lo que representa un riesgo para la sanidad y la eficiencia del rodeo.
“Hoy podés vender dos o tres desmamantes y comprar un toro probado, con análisis negativos de enfermedades reproductivas y pruebas andrológicas. Pero seguimos usando toros del vecino, sin saber si pueden trabajar realmente”, remarcó.
El uso de toros certificados permite no solo mejorar la calidad genética del rodeo, sino también evitar la propagación de enfermedades que afectan la fertilidad y el rendimiento reproductivo.
Estos cuatro pilares, eficiencia reproductiva, condiciones de mercado, financiamiento adecuado y genética, deben abordarse de manera simultánea y sostenida. La recuperación del hato no ocurrirá de forma inmediata, pero con acciones planificadas y trabajo articulado, es posible revertir la situación actual.
“Yo creo que esos cuatro puntos son demasiado importantes para mejorar lo que es la recuperación del hato. Pero tenemos que empezar ya, con compromiso, responsabilidad y visión de futuro”, concluyó.