La implementación de sistemas de riegos en las áreas agrícolas “no es complicada”, pero “depende de la cantidad y calidad de agua” disponible para proveer a los cultivos, indicó el director comercial de GPSA, Fabián Pereira.
Destacó que el Chaco tiene un “alto potencial”, pero se requiere de un trabajo conjunto entre las autoridades del Gobierno y las cooperativas Chortitzer y Fernheim, para comenzar a contribuir en el proyecto de la construcción de un acueducto; que va a permitir utilizar agua del río para regar parcelas de soja con pivot, y también hacer cultivos de riego como un arroz con una película de agua de 15 centímetros para impulsar el desarrollo productivo de esa cuenca que hay en el Chaco.
Explicó que en la Estancia 7 Puntas, en el departamento de Presidente Hayes, se experimentó con éxito la producción de arroz. “Muchas veces la gente piensa que cuando se usa agua del río para el cultivo, se está secando el río. Pero no es así, se presta el agua. Porque se trabaja con una película de 10 centímetros que se sistematiza. Esto permite que cuando haya niveles altos de inundación, el agua fluya y vuelva al río”, explicó.
En este establecimiento los niveles de rentabilidad en unidades ganaderas, eran de 20 dólares por hectárea. Actualmente estamos hablando de una rentabilidad de 300 dólares por hectárea con una unidad agrícola. Estos resultados permitieron hacer inversiones en caminos, energía eléctrica y desarrollar la región. “De esta forma, generamos un sueño para todos los productores del bajo Chaco, al instalar una opción que se pueda consorciar con la ganadería para que los campos tengan una importante plusvalía a la hora de tasar y valorizar sus tierras”, agregó.