El reglamento 1115 de la Unión Europea está programado para entrar en vigencia en enero de 2025. Este reglamento establece requisitos específicos para la importación de productos, lo que ha generado preocupaciones en varios países productores, por su impacto en el comercio.
En conversación con Valor Agregado en Radio Asunción 1250 AM, el titular de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo, sostuvo que el comercio de Paraguay con Europa es insignificante y que “directamente no es importante, ni para la carne ni para la soja”, pero podría haber complicaciones indirectas teniendo en cuenta que, Argentina exporta aproximadamente el 22% de su producción a Europa y es el principal mercado para Paraguay, que envía alrededor del 75% de su soja al vecino país para ser procesada.
Sin embargo, enfatizó que el mercado tiende a adaptarse a estos cambios. En ese sentido, recordó que en 2.004 se dio una situación similar, cuando el 90% de la soja paraguaya se exportaba a través del puerto de Paranaguá a distintos mercados cuando cerraron el acceso al producto nacional porque se autorizó la soja genéticamente modificada y en ese entonces se prohibía el cultivo, transporte, exportación e importación de productos transgénicos en el territorio de ese estado del Brasil.
“Esto obligó a un reacomodo significativo. Con el tiempo, Paraguay se convirtió en un importante corredor fluvial para la exportación de granos, estableciendo la tercera flota fluvial más grande del mundo, solo detrás de China y Estados Unidos. A pesar de ser un país pequeño en comparación con estos gigantes, la necesidad impulsó a Paraguay a redireccionar sus rutas de exportación y explorar diferentes mercados. Y si con Argentina existen dificultades, habrá un reacomodo en la situación”, subrayó.
Cristaldo alegó que lo más importante es que nuestro gobierno ha decidido que el cumplimiento de las exigencias europeas para exportar será un proceso voluntario. “Aquellos que deseen vender en Europa deberán adaptarse a sus requisitos, pero no será una obligación para todos. Es fundamental destacar que Paraguay produce para el mundo, no solo para el mercado europeo”, remarcó.
En esa misma línea, hizo hincapié en que nuestro país exportó por US$ 11.890 millones el año pasado pero las ventas a Europa solo alcanzaron aproximadamente US$ 500 millones. “El comercio con ese bloque es insignificante. Nosotros vendemos alimentos para el mundo, y el mundo necesita alimentos”, señaló.
Respecto a la solicitud de Brasil a la UE de suspender el reglamento, dijo que, en esencia, es una consecuencia de la irracionalidad de una medida unilateral y arbitraria tomada por la Comunidad Europea.
Explicó que esta decisión se plasma en una ley interna que pretende aplicarse a otros países, ignorando sus propias legislaciones. “Esta actitud de prepotencia genera malestar, ya que no se respeta el marco jurídico de cada nación, lo que plantea la primera gran pregunta: ¿con qué reglas de juego vamos a producir? Si cada país legisla para imponer su propia normativa en otros, eso se asemeja a un colonialismo, en lugar de fomentar una verdadera colaboración comercial”, expresó.