Laura Meza | Valor Agrícola
El algodón es un cultivo de gran importancia para la región del Chaco, debido a su capacidad para tolerar las adversidades climáticas y su adaptabilidad a las condiciones de la zona. Sin embargo, a pesar de ser un cultivo resistente y productivo, enfrenta diversos desafíos relacionados con los costos de producción y los tiempos de comercialización.
Según señaló a Valor Agrícola el directivo de Latitud Sur, Diego Benedettini, el algodón sin duda es una gran alternativa, un cultivo muy noble y el que mejor puede tolerar las adversidades climáticas de la zona. Sin embargo, resaltó que “lo que necesitamos en el Chaco, y lo digo enfáticamente, es que la industria acompañe este proceso agronómico y la nobleza de este cultivo”.
Benedettini explicó que uno de los mayores obstáculos es la falta de condiciones comerciales adecuadas. “El gran escollo que tiene el cultivo de algodón es que es un cultivo que demanda muchos insumos, muchas labores específicas de cultivo, por lo tanto, encarece mucho el costo y el retorno del circuito se hace muy largo”, afirmó, subrayando la necesidad de mejorar la cadena comercial para garantizar una mayor eficiencia y rentabilidad.
En ese sentido, Benedettini destacó que, financieramente, el cultivo de algodón es desafiante, ya que requiere comenzar a invertir desde muy temprano. Además, el proceso industrial, que se extiende hasta la comercialización, también se alarga considerablemente. “Por lo tanto, el retorno de la inversión puede pasar desde 8, 10 hasta 12 meses, y eso es una complicación para toda la cadena comercial”, explicó.
Asimismo, subrayó la necesidad de que la industria algodonera, incluyendo las desmotadoras y los exportadores, “mejoren sus tiempos en este proceso para que al productor no le sea tan desafiante y tan incómodo a la vez todo ese proceso sin poder contar con el retorno de la inversión ya realizada”, concluyó.
Crecimiento. Benedettini destacó que, a pesar de los desafíos que enfrenta el cultivo de algodón, la apuesta sigue siendo fuerte gracias a su alta productividad y su capacidad para adaptarse a las condiciones difíciles de la región Occidental.
“Es una planta que tolera las altas temperaturas, que tolera periodos de sequía sin resignar el rendimiento, todo dentro de los límites tolerables, por supuesto, pero el productor lo va a optar por el cultivo porque es una manera de resguardarse ante condiciones climáticas muy adversas”, resaltó.
Sin embargo, también señaló que, en contraposición a sus beneficios agronómicos, aún hay mucho por mejorar en materia comercial para poder darle ese plus al productor o ese complemento que necesite “y que, en definitiva, sea realmente un muy buen negocio”.
Dijo que actualmente los productores cuentan con un gran conocimiento, ya que, en el Chaco, desde hace muchos años se ha experimentado con este cultivo.
Sin embargo, señaló que las variedades actuales, aunque eficaces, han mostrado signos de detrimento en cuanto al rendimiento. “Hoy en el mercado internacional hay muy buenas variedades, especialmente en Brasil, y creo que ahí hay puntos a mejorar desde las instituciones en Paraguay para poder permitir la llegada de nuevas variedades con mayores potenciales de rendimiento, con mejor desarrollo, que acompañen este proceso de crecimiento del cultivo aquí en la región”, subrayó.