Un nuevo informe de Tropical Forest Alliance (TFA), una iniciativa del Foro Económico Mundial, revela cómo el segundo bosque más grande de América del Sur puede equilibrar el crecimiento económico con la conservación ambiental, mientras se posiciona como líder mundial en agricultura regenerativa y ganadería sostenible.
Con una extensión de más de 1 millón de kilómetros cuadrados (100 millones de hectáreas), que abarca Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil, el Gran Chaco es una de las regiones más biodiversas del mundo. También es un motor económico, produciendo una gran cantidad de las exportaciones de soja y ganado de la región. Sin embargo, la creciente presión de la expansión agrícola amenaza su equilibrio ecológico, según destaca el documento.
El informe de TFA “The Gran Chaco: Pathways Towards a Sustainable Future” (en castellano, “El Gran Chaco: caminos hacia un futuro sostenible”), desarrollado en colaboración con el Foro Económico Mundial y la consultora latinoamericana de sostenibilidad REVER, detalla cómo este vital bioma podría liderar el camino en la integración de la producción agrícola con la conservación ambiental.
Jack Hurd, director ejecutivo de Tropical Forest Alliance, expresó: “Con las inversiones, políticas y asociaciones adecuadas, el Gran Chaco podría convertirse en un modelo para equilibrar el crecimiento económico con la preservación ecológica. El sector de la carne, en particular, tiene un gran potencial para generar un impacto ambiental positivo al mejorar la salud del suelo, la eficiencia del agua y la biodiversidad”, remarcó.
El documento establece varias prioridades para transformar el Gran Chaco en un modelo de desarrollo sostenible, incluyendo fortalecer las políticas de uso de la tierra para promover una expansión agrícola sostenible.
También mejorando la transparencia de las cadenas de suministro para garantizar una producción libre de deforestación, mediante sistemas de trazabilidad mejorados e iniciativas como VISEC. También establece ampliar los incentivos financieros, como los mercados de carbono y los bonos verdes, para apoyar las iniciativas de sostenibilidad.
Y finalmente utilizar el ecoturismo como una herramienta complementaria para aumentar los ingresos de los agricultores y apoyar los esfuerzos de conservación.
Alega que ya existen muchas iniciativas que demuestran la viabilidad de la agricultura regenerativa y el ecoturismo, y ampliar estos enfoques podría establecer al Gran Chaco como un líder global en desarrollo sostenible.
Entre las estrategias regionales sostenibles, se destacan los sistemas integrados de cultivos-ganadería-silvicultura (ICLF, por sus siglas en inglés). Estos enfoques integran principios de manejo efectivo del suelo y del ganado, al mismo tiempo que fomentan la salud tanto de los seres humanos como de los ecosistemas. Incluyen prácticas como el pastoreo rotativo y el uso de pastizales nativos para minimizar el impacto ambiental.
“Este informe es un llamado a la acción para que todos los stakeholders inviertan en el Gran Chaco y prioricen su futuro”, instó Hurd. “Con la creciente demanda mundial de alimentos y commodities, la región ofrece una oportunidad sin precedentes para liderar el camino en la reconciliación entre la producción y la gestión ambiental. Los gobiernos, las empresas, las ONG y las organizaciones multilaterales deben trabajar juntos para garantizar que el Gran Chaco siga siendo un paisaje productivo, resiliente y biodiverso para las generaciones venideras”.