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Gobierno chino lanza medidas de estímulo para contrarrestar la desaceleración económica

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Gobierno chino lanza medidas de estímulo para contrarrestar la desaceleración económica

El banco central de China reveló un amplio paquete de medidas de estímulo monetario para reactivar la segunda economía más grande del mundo, subrayando la creciente alarma dentro del gobierno de Xi Jinping por la desaceleración del crecimiento y la deprimida confianza de los inversionistas.

El gobernador del Banco Popular de China, Pan Gongsheng, recortó una tasa de interés de referencia a corto plazo y anunció planes para reducir la cantidad de dinero que los bancos deben mantener en reserva al nivel más bajo desde al menos 2018, compareciendo en una sesión informativa poco habitual junto a otros dos de los principales reguladores financieros del país en Pekín. Es la primera vez que se anuncian recortes en ambos instrumentos el mismo día desde al menos 2015.

Estas medidas fueron seguidas de una serie de anuncios que impulsaron las ganancias en el asediado mercado de renta variable chino. El director del banco central también dio a conocer un paquete de medidas para apuntalar el problemático sector inmobiliario del país, que incluye la reducción de los costos de endeudamiento de hasta US$5,3 billones en hipotecas y la flexibilización de las normas para la compra de segundas viviendas.

Las autoridades en Pekín han estado intentando reactivar la economía sin recurrir a la bazuca de estímulos que China desplegó en recesiones anteriores, pero los esfuerzos poco sistemáticos han resultado ineficaces. El crecimiento se ralentizó recientemente a su peor ritmo en cinco trimestres, un deterioro que está poniendo a prueba la tolerancia de los dirigentes por incumplir su objetivo anual de alto perfil por segunda vez en tres años.

El recorte de medio punto porcentual de la Reserva Federal, mayor de lo esperado, ha dado a los bancos centrales de toda Asia más margen de maniobra. Pero abaratar el dinero no levantará la economía si los consumidores chinos no quieren gastar porque se avecinan despidos en medio de la caída de las ganancias empresariales y los precios inmobiliarios siguen bajando. Los precios de las viviendas nuevas registraron el mes pasado su mayor caída respecto al periodo anterior desde 2014.