La falta de lluvias en el Chaco ha afectado negativamente a los productores de la región, impidiéndoles iniciar con la siembra de sus cultivos. La sequía prolongada ha dejado los suelos secos y sin la humedad necesaria para poder sembrar adecuadamente.
En contacto con Valor Agrícola, Roland Wiens, productor de Filadelfia, Chaco, indicó que tenían previsto iniciar la siembra el 15 de enero, pero las condiciones no están siendo favorables. “Si no hay suficiente humedad en el suelo, que es la situación actual, es importante esperar a que las condiciones mejoren antes de iniciar el proceso de siembra. La falta de humedad puede afectar el crecimiento de las semillas y plantas, lo que resultará en un bajo rendimiento de los cultivos” expresó.
A esto, añadió que se quedaron con un intervalo muy corto entre la desecación y lo que debía ser siembra del cultivo de soja, ya que se retrasaron bastante con el procedimiento. “Si bien, las parcelas se desecaron tardíamente, se tiene un buen control de malezas, lo cual es bastante positivo”, apuntó.
Wiens dijo que las últimas lluvias recibidas en la zona fueron en diciembre del año pasado y los acumulados fueron de tan solo 28 milímetros, insuficientes para mantener el suelo con una humedad óptima para la siembra y están expectantes a los pronósticos de lluvias para los próximos días. Indicó que lo ideal sería recibir al menos dos lluvias de 40 mm que aportaría humedad suficiente a los suelos para arrancar con la siembra.
Ante la posibilidad de condiciones adversas como sequías prolongadas, sostuvo que sería más conveniente distribuir el proceso de siembra en diferentes momentos. Esto se debe a que, si se siembra todo en un solo momento y luego vuelve un periodo de seca, es más probable perder toda la cosecha, “en cambio, al distribuir la siembra en diferentes momentos, se tendría la oportunidad de tener al menos una parte de la cosecha que pueda resistir mejor las condiciones adversas, por lo que puede ser una estrategia para minimizar la pérdida total en caso de condiciones desfavorables”.
Explicó que fines de febrero podría ser la última oportunidad para sembrar ya que, si se siembra fuera de esa ventana, es posible que las condiciones ya no sean favorables y afecten negativamente el crecimiento de las plantas.
Recordando lo que fue la campaña anterior, Wiens dijo que fue muy positiva, ya que lograron obtener 2.000 kilos por hectárea. Sin embargo, debido a las condiciones actuales, esperan una reducción en la producción y espera obtener unos 1.500 kilos. A pesar de este escenario se muestra optimista y no pierde las esperanzas de que las lluvias sean favorables y pueda mejorar el panorama en Filadelfia.