Una problemática que continúa latente a nivel país y que afecta a gran parte del sector productivo es la comercialización ilegal de semillas. Sobre este punto, el gerente de producción del Grupo Pereira S.A (GPSA), Paulo Prass, sostuvo que un paso importante para combatir este flagelo es la reglamentación de uso propio en la Ley de Semillas.

En entrevista con Valor Agrícola, Prass mencionó que el sector privado de producción de semillas necesita un control más fuerte por parte del gobierno para combatir su comercio ilegal, tanto de contrabando como las producidas localmente. “Esto afecta la seguridad y calidad de las semillas, y puede tener consecuencias en la producción y problemas sanitarios en los campos”, apuntó.

En esa línea, sostuvo que durante años se ha venido trabajando en actualizar la conocida Ley de semillas, pero que de alguna u otra manera, la iniciativa tiene obstáculos políticos e intereses de diferentes sectores que impiden su avance.

“El productor no tiene ninguna seguridad cuando compra de su vecino o compra de alguien que está ofreciendo por las redes sociales, porque está comprando un grano comercial que él no sabe si va a germinar, si tiene vigor o algún hongo en esa semilla, entonces viene y siembra como si nada y obviamente eso puede afectar la producción”, precisó el gerente de producción de la firma.

Añadió que este hecho podría inclusive conllevar a algún problema fitosanitario y de mezcla de variedades que se pueda trasladar al campo, debido a que alguien que compra una semilla que tiene ciertas enfermedades de hongos, produce esa semilla y luego la lleva a otro campo y así sucesivamente.

Paraguay es uno de los mayores productores y exportadores de soja del mundo, estando presente en el mejoramiento y producción de las semillas. Sin embargo, la principal barrera para crecer en el rubro es la venta ilegal, que se da especialmente cuando un productor de granos comercializa su materia prima nuevamente como simientes, dejando fuera del intercambio a los mejoradores de variedades.