El sector arrocero cierra una zafra con cifras positivas en materia productiva y con una buena comercialización del grano en las primeras etapas impulsadas principalmente por una fuerte demanda desde Brasil.
Christian Heisecke, director de Desarrollo del Sur y socio de la Federación Paraguaya de Productores de Arroz (Feparroz), destacó que el último tercio de la cosecha presentó muy buenos resultados en cuanto a la calidad del grano, la cual se vio comprometida durante los primeros dos tercios de la zafra. Esto se debió a las altas temperaturas que provocaron una mayor cantidad de granos quebrados, lo que a su vez implicó una reducción significativa en el valor comercial del producto.
Además, señaló que las condiciones climáticas generaron ciertos contratiempos hacia el final de la zafra. La llegada de las lluvias provocó el acostamiento de las plantas cargadas de granos, lo que complicó el proceso de cosecha y redujo entre un 10% y 30% el rendimiento potencial de esas plantas.
En el plano comercial, Heisecke destacó a Brasil como el principal destino del arroz paraguayo, además del creciente desafío de exportar arroz en cáscara a Centroamérica, esfuerzo que tuvo resultados positivos. “Se pudo cumplir con los tiempos y la calidad establecida”, subrayó.
En ese sentido, celebró que el producto nacional ya está llegando a mercados como México, Honduras y Costa Rica, además de Chile y Bolivia. Aun así, reafirmó que el mercado brasileño sigue siendo el más importante para los productores paraguayos.
No obstante, con el ingreso al mercado de la zafra brasileña, los precios comenzaron a normalizarse. “Hoy estamos en niveles de precios normales para esta época”, indicó.
En comparación con años anteriores, Heisecke reconoció un cambio en la percepción de los precios del arroz.
“Desde el COVID en adelante estamos un poco acostumbrados a tener un mejor precio del arroz, por la demanda que había por factores climáticos en otros países. Actualmente estamos volviendo un poco a la normalidad. No es agradable, pero volvemos a la normalidad. Nos hubiese encantado tener mejores precios”, afirmó.
En cuanto a los rendimientos, explicó que un productor con alto nivel de tecnificación pudo alcanzar entre 9.000 y 9.500 kg por hectárea, mientras que uno de nivel intermedio logró entre 7.000 y 8.000 kg/ha.
Heisecke resaltó además las características del fenómeno La Niña, que suelen favorecer el desarrollo del cultivo. “Hay menos lluvias, lo que implica mayor cantidad de luminosidad por no haber tantas nubes, y la planta responde muy bien a ese fotoperiodo”.
A modo de comparación, recordó que en la zafra anterior se vivió una situación opuesta. “Tuvimos un exceso de lluvias que hizo que las plantas aborten por no tener mucha luminosidad, y eso provocó la caída de la producción”.
Sobre el avance general del sector, sostuvo que los desafíos climáticos recientes han impulsado una mayor tecnificación entre los productores, lo cual ha traído como resultado un aumento del 10 al 15% en el rendimiento promedio durante las últimas tres zafras. En este contexto, destacó el crecimiento notable del cultivo en la región de Ñeembucú.
Finalmente, indicó que las condiciones del suelo también contribuyeron a los buenos resultados actuales. “El año pasado tuvimos una producción menor, eso implica que quedó también fertilidad en el suelo, que no fue aprovechada por la planta, y eso hizo también que hoy estén en mejores condiciones”.
Actualmente, Paraguay cuenta con aproximadamente 185.000 hectáreas dedicadas al cultivo de arroz, consolidando su papel como un actor relevante en la producción y exportación del cereal en la región.