Avanzar hacia una agricultura más eficiente, donde se combinen la agricultura de precisión, las buenas prácticas agrícolas y la implementación de tecnologías avanzadas, es fundamental para enfrentar los desafíos actuales y futuros en la producción de alimentos.
Roberson Almeida, productor de soja de Los Cedrales, Alto Paraná, y directivo de Fazenda Almeida, señaló a Valor Agrícola que hoy el desafío del productor es lograr un mayor rendimiento en la misma superficie de cultivo. Para lograr este objetivo, considera fundamental la implementación de mejores prácticas y tecnologías, como la selección de semillas de alto rendimiento, el uso de fertilizantes de manera eficiente, la aplicación de técnicas de precisión, como la agricultura de precisión, que permite monitorear y gestionar de manera más eficiente los cultivos ya que es fundamental para satisfacer la creciente demanda de alimentos y garantizar la sustentabilidad del cultivo a largo plazo.
¿Qué evaluación está haciendo del avance de la zafra 2023-2024?
La campaña arrancó bastante bien. En Fazenda Almeida iniciamos la siembra un poco tarde por lo que iniciamos con los trabajos de cosecha el 20 de enero. Las primeras 500 hectáreas cosechadas tuvieron rindes muy buenos, alcanzando los 4.500-4.600 kilos por hectárea. Luego de estos avances positivos, se empezó a sentir bastante la falta de precipitaciones, principalmente en momentos claves, como en la etapa de desarrollo de los cultivos. En nuestro caso, tuvimos variedades que sembramos a partir del 5 de octubre y fueron los lotes que empezaron a presentar problemas de defoliación que nos llevó a estimar una pérdida de 1.000 kilos por hectárea. Pero, gracias a las lluvias que tuvimos recientemente quedamos más tranquilos. Aunque el clima es algo que no podemos controlar, los productores debemos tomar medidas para adaptarnos a estos desafíos y seguir siendo productivos.
¿Por qué se sembró más tarde?
Cada variedad de soja tiene su ciclo de siembra. No nos preocupamos por la ventana de siembra de la zafriña, porque nuestro objetivo es tener una buena zafra, en donde la variedad logre expresar todo ese potencial productivo. Para nosotros es fundamental hacer la programación de siembra de cada variedad. Trabajamos desde hace 14 años con la agricultura de precisión, tenemos los lotes completamente mapeados. El objetivo igual es apostar a un cultivo de entr ezafra, pero nos enfocamos fuertemente en obtener buenos resultados en la primera. Es imposible pensar en zafriña cuando aún se está avanzando con los trabajos de la campaña principal. Anteriormente apuntábamos a maíz zafriña, sin embargo, el incremento del costo de la semilla de maíz y la fuerte presión de cigarrita que se está teniendo con este cultivo, nos ha hecho cambiar de estrategia. El costo de producción actualmente gira entorno a los 500 dólares por hectárea y haciendo un cálculo rápido del costo por hectárea y el precio del grano, sembrar maíz se vuelve inviable, por ello apostamos nuevamente a la soja.
¿Cómo ve el desafío del crecimiento agrícola en Paraguay, necesitamos un crecimiento más vertical o podemos seguir sumando áreas?
Creo que actualmente hay que apuntar a producir más en la misma área aplicando la mayor tecnología posible. A veces uno crece en superficie sin tener en cuenta toda la estructura que eso significa y termina alcanzando el mismo volumen que aquel que está implementación mejores técnicas y tecnologías para maximizar su producción en la misma superficie. Es importante crecer, pero en productividad, con prácticas más sustentables. Fazenda Almeida está apuntando a un trabajo de suelo que consiste en aplicar 8.000 kilos de cal por hectárea. Estamos consiguiendo hacer un importante trabajo de perfil de suelo para mejorar la calidad y la fertilidad. El objetivo es igualar el perfil del suelo en toda la profundidad de la capa arable, generalmente 0 a 40 cm, para asegurar una distribución uniforme de los nutrientes y promover el crecimiento saludable de las plantas. Esta es una práctica valiosa para garantizar un crecimiento de cultivos óptimo ya que, en una sequía, por ejemplo, el cultivo será mucho más resistente porque el sistema radicular de la planta estará más profundo y logrará una mejor absorción de agua.
Teniendo en cuenta la variabilidad climática, ¿se puede avanzar con herramientas como el riego, seguros agrícolas u otras para seguir haciendo frente a este desafío?
Si hacemos un cronograma de diez años, creemos que cada tres años se tendría nuevamente problemas con la falta de agua. Por lo tanto, consideramos que el riego no es una opción viable para nosotros en este caso. Con respecto a los seguros agrícolas considero que es fundamental para el sector, especialmente para aquellos que tienen campos alquilados. El seguro agrícola puede brindar protección contra diversos riesgos que pueden causar pérdidas significativas en los cultivos. Esto puede ser particularmente beneficioso para los agricultores ya que les proporciona tranquilidad y seguridad financiera en caso de que ocurran eventos adversos. Es esencial para ayudar a proteger la inversión y garantizar la sostenibilidad del sector agrícola.
Existe una tendencia global de sostenibilidad y los mercados son cada vez más exigentes. En ese sentido, ¿cuál es el desafío del productor?
Paraguay tiene el desafío de mostrar que está haciendo bien las cosas ya que, En los últimos años, los mercados han ido mostrando una creciente exigencia en cuanto a la trazabilidad de los productos agrícolas. En Fazenda Almeida, la trazabilidad es nuestro principal foco y es algo en lo que estamos trabajado desde hace tiempo. Gracias a la aplicación de tecnología, actualmente tenemos la capacidad de rastrear el origen y el historial de un producto desde la siembra hasta la distribución. Es a donde tenemos que apuntar. Además de ser una herramienta fundamental para optimizar nuestros trabajos, aporta un valor agregado a nuestros productos que hoy nos permite tener un mejor retorno económico. Es fundamental entender que cada vez será más difícil trabajar fuera de este modelo.