El sector agropecuario paraguayo atraviesa un momento favorable, impulsado por un clima propicio y una tendencia positiva en los precios del ganado. Este contexto genera motivación y mejores márgenes, pero también plantea un desafío estratégico: no conformarse con el presente, sino aprovecharlo para optimizar procesos internos, fortalecer la gestión y prepararse para escenarios futuros más exigentes.
Así lo señaló Rubén Martínez, gerente comercial de Albor Paraguay, quien llamó a las empresas del sector a enfocarse en la eficiencia y la planificación.
“Cuando en Paraguay se registran buenos niveles de lluvias, los ánimos generalmente repuntan, y creo que estamos disfrutando de ese contexto”, expresó en el programa Valor Agregado de Radio Asunción 1250 AM.
Más allá del clima favorable y del aumento sostenido en el precio de la carne, recordó que la rentabilidad depende de una gestión eficiente, especialmente en épocas de bonanza, cuando hay más margen para planificar con anticipación.
“Aumentar la rentabilidad siempre es importante, sobre todo partiendo de la premisa de que uno debe ahorrar cuando tiene, y no cuando no hay. Ese concepto también aplica a la rentabilidad en las empresas agropecuarias”, afirmó.
En ese sentido, destacó que este es un momento ideal para revisar los objetivos planteados al inicio del año, analizar cómo impacta la coyuntura y ajustar los procesos internos con una mirada estratégica.
“Hoy, con la agricultura y la ganadería avanzando positivamente, y con una tendencia alcista en el precio de la carne que genera entusiasmo, es una gran oportunidad para mejorar la gestión interna de las empresas agropecuarias, con el objetivo de hacerlas más rentables y productivas”, subrayó.

Rubén Martínez Pätkau, Gerente Comercial de Albor Paraguay.
Martínez insistió en la importancia de adoptar una visión integral y metódica de la empresa, con objetivos claros, procesos definidos y control constante en todas las áreas para garantizar el cumplimiento del plan trazado.
También remarcó que una gestión eficiente de los insumos y las operaciones cotidianas es clave para sostener la rentabilidad a largo plazo, incluso cuando las condiciones externas ya no sean tan favorables.
“Hoy que los números acompañan, y que el respaldo financiero es mayor gracias a este buen contexto, es el momento ideal para sentarse a trabajar en la mejora de los procesos. Así, cuando lleguen tiempos más complejos, como una caída de precios, estaremos más preparados y con procesos más aceitados”, añadió.
Finalmente, advirtió que la rentabilidad no debe medirse únicamente por ingresos crecientes, sino también por el equilibrio entre costos y beneficios, lo que exige una actitud previsora y proactiva desde la gestión empresarial.