Al cierre del segundo mes del año, la industrialización de oleaginosas alcanzó 428.695 toneladas, valor que se mantiene por encima del registro del mismo periodo para el 2023 y que también representa un incremento del 29% con respecto al promedio del primer bimestre para los últimos 5 años.
Este arranque de año debe ser evaluado en su contexto correcto, ya es el resultado de la comparación con el desempeño en los primeros meses de los años anteriores, dónde la falta de disponibilidad de granos ha sido una constante debido a cuestiones climáticas, según el reporte de la Cámara Paraguaya de Procesadores de Oleaginosas y Cereales (Cappro).
El nivel actual de molienda es más bajo que el acumulado a febrero en 4 de los 5 años del periodo 2015-2019. Considerando que no se han modificado los factores que restan competitividad a las industrias, más que un cambio de tendencia que podría llevar nuevamente a un crecimiento, lo que se observa en este
inicio de 2024 es un desempeño acorde a lo que cabría esperar sin quiebre o retraso de cosecha. Esta situación se volverá cada vez más clara conforme avance el año y los resultados acumulados muestren lo que se podría esperar en términos de industrialización de oleaginosas bajo las condiciones actuales de competitividad.