El cofundador De Raíz, Martín Mongelos, en contacto con Valor Agro, habló en el marco del encuentro de Siembra Directa sobre los créditos de carbono. Dijo que se está en un momento de “mucho entusiasmo en el país a nivel negocio”.
Comentó que, con la empresa, se desenvuelven en la ganadería y que existen muchas similitudes, ya que han considerado que las prácticas de innovación tecnológica primero se implementan en la agricultura antes que en la ganadería. Aun así, ven muchas sinergias en el mundo en el que se están moviendo, que es el de las “oportunidades y los incentivos, siendo uno de ellos el crédito de carbono, con el que estamos coqueteando, aparte del aumento productivo”.
Consultado sobre cómo entran en juego los créditos de carbono en el objetivo de encontrar un negocio que sea sostenible y que le permita al productor dar cierto valor agregado a la hora de hacer inversiones en el campo, respondió:
“Consideramos que el sistema de siembra directa, en comparación con el convencional, es mucho más ambiguo, siendo blanco o negro. En ese sentido, vemos que existen muchísimas oportunidades de cuantificar esos beneficios no solamente a nivel productivo y económico, que es lo que vimos durante todo este encuentro, sino también a nivel de impacto ambiental”.
Y agregó: “Ahora bien, existen los protocolos. Lo único que debemos hacer es adecuarnos a los protocolos de mediciones que existen y, de esa forma, tratar de responder a demandas porque medir por medir tampoco es eficiente. Debemos medir para tratar de transmitir algo, para tratar de posicionarnos, devolvernos más competitivos y, por último, en el mejor de los casos, conseguir un valor agregado”.
Mongelos precisó que el programa de crédito de carbono dio “un gran incentivo” o “nos catalizó la apertura a los productores de por lo menos sentarnos a la mesa y empezar a charlar sobre el porqué nos pueden pagar si implementamos las siguientes prácticas”.
Además, dijo que, en caso de que no se les pague más, las prácticas de los créditos de carbono que se implementarán son beneficiosas a nivel productivo y económico. Por otro lado, si se logra concretar la venta de créditos de carbono, eso puede significar la duplicación de la facturación por hectárea con el mismo costo de producción, lo que no deja de ser una diversificación del negocio.
Así como existen productores que se dedican a la agricultura, la ganadería y el ganado pequeño y mayor, debemos ser conscientes de que la venta por servicio ambiental será una nueva unidad de negocio en los campos.
“Tenemos que tener en cuenta que la tecnología y las capacidades están y es cuestión de escalar, replicar y seguir incidiendo en la adopción por parte de todos los productores del país. Por otro lado, somos agroexportadores en el mundo de todos los alimentos que se consumen. No solamente eso significa mayor ingreso para nosotros, sino que nos empieza a adecuar a la demanda o a las nuevas exigencias que pueden tener los mercados. Estaremos listos en primera línea porque, para acceder a mercados premium, la tarea de vender servicios ambientales ya la tuvimos que haber hecho”, apuntó.
En lo que respecta a cómo viene trabajando la empresa, Mongelos indicó que hoy está trabajando con 20 campos, lo que suma aproximadamente 150.000 hectáreas totales, siendo cerca de 70.000 hectáreas productivas aplicando un programa de crédito de carbono.
Añadió que este 2024 tomaron la decisión de fortalecerse técnicamente, de seguir entendiendo lo que es el mercado y la demanda no solamente de la carne, sino también de los servicios ambientales, y de buscar nuevas oportunidades. Así como se vio que fue efectivo un incentivo como los créditos de carbono, que ni siquiera se cobraron todavía, se sabe que pueden existir otros incentivos, llámense crédito diferenciado, bono verde, etc.