Para el presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo, el año agrícola 2022/23 ha dejado un sabor de recuperación del sector luego del quebranto productivo de la campaña antepasada, con realidades muy distintas en los campos tanto para la soja, el maíz y el trigo, pero que a fin de cuentas hay un desempeño más favorable, dejando un panorama abierto a buenos números para la actual campaña en curso 2024. Mientras que para la ganadería, hizo hincapié en seguir apostando a la eficiencia en cuanto a competitividad, pelear la situación de los precios, y esperar la apertura de nuevos mercados.
¿Cómo ve lo que está dejando este 2023, tanto en agricultura como en ganadería?
El año 2023 para la agricultura fue el año de la recuperación después del peor año agrícola, como fue la cosecha 2021/22, y se nota en los números de la economía paraguaya, ya que va a ser la economía con mayor crecimiento en Latinoamérica en torno a un 4.5% gracias a la recuperación del sector agropecuario. Acá es importante mencionar que sin el sector agropecuario, el PIB solamente va a crecer menos de 2%, pero incluyendo el sector agropecuario, está arriba del 4% y acercándose al cinco. Esa zafra de verano salió bien a decir verdad, ahora bien, el maíz salió intermedio por debajo de lo del año pasado, con precios también más desinflados, mientras que el trigo con mucha dificultad por el ataque de hongos debido a que no hubo mucho frío. En lo que respecta a la ganadería, con dificultades de precios y también climáticas, pero hoy mismo pensando en la campaña del año que viene, tenemos tres Paraguay en uno solo, el sur inundado, el norte en la región Oriental y Chaco Central, Chaco Norte con una sequía fuerte y el centro de la región Oriental y el Bajo Chaco con lluvia pero por encima de la normal, pero todavía sin tantas contingencias. No obstante, no hay todavía elementos que nos pueda permitir decir si se va ajustar la baja o no las estimaciones de producción total para el año que viene, ese escenario lo vamos a tener más claro recién dentro de un mes.
También ha sido un año importante porque hubo un cambio de administración con Santiago Peña asumiendo como Presidente, ¿qué conclusiones viene dejando, hasta el momento, en cuanto a ese acercamiento al sector agropecuario?
El gobierno está todavía carreteando los primeros tres meses, estaríamos necesitando procesos más largos para tener que estar evaluando, según mi criterio, pero si hay cosas que se lograron que es producto de procesos más largos se venían haciendo y ahora se concretan, tales como la apertura de la carne con el mercado americano, que es un indicador importante, más que por el volumen que podamos vender a Estados Unidos, lo que realmente se resalta ahí es el certificado de seriedad, calidad e inocuidad de nuestro trabajo y de nuestros productos, y eso nos abre puertas para otros mercados que empecemos a trabajar para activarlos. Por eso hay muchas cosas en proceso, lo importante es que hay una predisposición a trabajar juntos entre el sector público y el sector privado, que es la forma en que se va a generar la confianza y se van a impulsar los procesos de inversión. Así también, tenemos un desafío grande que es este acuerdo Mercosur, llámese Comunidad Europea, que se continúa alargando debido a que ya se cerró en el 2019 pero se volvió a abrir una nueva etapa de negociación con la agenda ambiental que incluyó la Comunidad Europea. Y al final ese acuerdo por más que consigamos todos los cupos y las exoneraciones, va a estar condicionado otra vez, porque el acuerdo pasa a segundo plano y va a ser una exigencia que te va a habilitar o cerrar el mercado.
Ya pensando en el 2024 y teniendo en cuenta todas estas exigencias a nivel regional, ¿cuáles son las expectativas que manejan viendo el escenario actual?
El mercado de Estados Unidos abre la posibilidad de gestionar nuevos mercados y buscar mejores condiciones y precio, eso por el lado de la ganadería, ahora internamente, la infraestructura es fundamental, para beneficio nuestro la transchaco se está terminando, esperemos que se termine el año que viene el puente la Bioceánica y se habilite el segundo tramo, eso va a cambiar toda la perspectiva comercial y de servicios del Chaco. Necesitamos sentarnos a hablar en serio de un acueducto que haga llegar agua al Chaco Central para producir, no podemos seguir limitados teniendo un río como el río Paraguay y no hacer uso para generar desarrollo y empleo en el Chaco paraguayo, el cual es el 60% del territorio con un 3% de la población. Entonces, tenemos que trabajar esa línea de mediano y largo plazo para ir incorporando al Chaco en el proceso de desarrollo y crecimiento económico del país. Así también, tenemos que trabajar cada vez más en capacitación y acceso a la tecnología para la agricultura familiar.
La campaña agrícola en curso está con realidades totalmente distintas dependiendo de las zonas, y en vista a que tenía una expectativa previo a la siembra de llegar a 11 millones de toneladas, ¿qué cree que puede pasar en esta campaña que tenemos por delante?
Nuestra proyección siempre está en el piso ideal en torno a los 10 millones de toneladas, de ahí para arriba es un escenario, pero no hay todavía razones para ajustar hacia abajo esa estimación, eso lo vamos a evaluar dentro de un mes, Por el lado del arroz, está con complicaciones grandes, llovió 500 milímetros en un mes, el río Tebicuary desbordó prácticamente y hay unas 80 o 90.000 hectáreas ahí que están con dificultades para hasta para entrar al campo. Entonces, si eso ocurre rápido, vamos a tener un escenario, si demora el escurrimiento de estos anegamientos, vamos a tener otro escenario más complicado. Y bueno, ahora es el día a día y seguir en monitoreando, después vamos a hacer las evaluaciones a ver dónde se posiciona, las estimaciones y las perspectivas. Pero hasta ahora, hay preocupación, pero no hay elementos que lleven a un ajuste a la baja.
En cuanto a la ganadería, ¿cree que va a ser un año parecido a este en cuanto a volatilidad de precios, de algunas dificultades para los productores o se puede encontrar un año más estable y más certero?
Hay dos cosas que no podemos controlar pese a que siempre vamos a querer lo mejor: el clima y el precio. Entonces, hay que apostar a la eficiencia, por un lado a la competitividad y después pelear el precio y eso se va a dinamizar en la medida que consigamos mercados tipo el chileno, que pagan bien y dejemos los mercados que están pagando menos y busquemos nuevos mercados. Es una tarea que es un proceso, va a llevar su tiempo, pero hay que comenzar ya.
Estas nuevas barreras para arancelarias que tienen que ver con la producción sostenible y amigable al medio ambiente apuntando a la trazabilidad y en los sellos verdes, ¿es un desafío que hay que empezar a mirarlo cada vez con más fuerza por parte de la producción de alimentos de Paraguay?
Paraguay está trabajando bien el tema ambiental, no tenemos buena difusión y nos falta fortalecer ciertas instituciones para la certificación, no creemos que los sellos verdes vayan a tener validez con el Green Deal ya que hicimos una docena de preguntas y todavía no nos respondieron. La certificación va a ser oficial, va a ser privada y se va a certificar rubro por rubro, por lo que si la una misma finca produce más de un rubro, van a necesitar cada rubro una certificadora y eso es un proceso que actúa como una telaraña burocrática. Para nosotros tiene que certificarse el distrito, sino hay deforestación en todo el distrito entramos en un canal verde y en los distritos donde hubo deforestación que entre en un canal amarillo y ahí si propiedad por propiedad hasta identificar cuál es la que es deforestó y el resto tener el canal verde de nuevo, pero si va a ser parcela por parcela como dicen, eso va a ser un caos.