En las últimas dos décadas, el país ha logrado avances significativos, reduciendo la pobreza, multiplicando su Producto Interno Bruto y aumentando su producción agrícola de manera sostenible. Sin embargo, a medida que el mundo evoluciona, también enfrenta nuevos desafíos, especialmente en términos de diversificación de mercados y adaptación a exigencias externas para continuar creciendo y contribuyendo a la seguridad alimentaria global.
En ese sentido, el presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), enfatizó la urgencia de diversificar los mercados y no depender de un solo comprador. “No trabajamos con China Continental, que representa el 67% del mercado mundial, pero contamos con una capacidad de producción suficiente para abastecer a otros mercados. Como país tenemos el desafío de explorar y consolidar nuevas oportunidades en el resto del mundo”, afirmó.
Cristaldo sostuvo que, la producción agrícola paraguaya ha experimentado un auge impresionante, pasando de 2 millones a 17 millones de toneladas en cinco rubros en un periodo de 30 años. Esta transformación no solo ha contribuido a la economía local, sino que también ha posicionado a Paraguay como un actor relevante en la seguridad alimentaria global, capaz de alimentar a 120 millones de personas.
“A pesar de esto, el país sigue lidiando con una alta dependencia de mercados específicos, en particular Argentina, que absorbe casi el 80% de nuestra producción de soja”, destacó.
También manifestó que las exigencias del mercado global demandan que la competitividad y la eficiencia se basen en el conocimiento, la tecnología y los avances científicos. “Para mantener nuestra competitividad, es crucial que Paraguay, a pesar de ser un país mediterráneo, adopte estas herramientas y enfoques innovadores”, indicó.
Sin embargo, señaló que actualmente, enfrentamos exigencias externas que, a menudo, se fundamentan en prejuicios. “Esto es algo que cuestionamos constantemente en relación con las regulaciones de la Unión Europea, las cuales consideramos medidas unilaterales. Cada iniciativa es evaluada en función de tres aspectos críticos: si representa un riesgo para nuestro desarrollo, si afecta nuestra capacidad de producción de alimentos y si vulnera nuestro sistema jurídico, para determinar si tales exigencias son razonables y sostenibles para nuestro país”, expresó.
Dijo que, dado a que la Unión Europea representa solo entre el 4% y el 5% de nuestras exportaciones, es fundamental que busquemos nuevos mercados. “Aquellos que deseen vender a Europa deben adaptarse a sus requisitos, pero es importante reconocer que no todos los productores tendrán la capacidad de hacerlo, especialmente considerando los costos involucrados”, puntualizó.
Nueva campaña agrícola. Cristaldo alegó que enfrentamos dos variables inciertas: el clima y los precios. “Los precios siguen desinflados, lo cual es preocupante. Sin embargo, nuestra prioridad ahora es finalizar la siembra y maximizar la producción. Con un mayor volumen, podremos al menos compensar parte de la caída de precios. Debemos producir tanto como sea posible y luego buscar obtener el mejor precio”, apuntó.
Sostuvo que es fundamental reconocer que una buena cosecha es sinónimo de un buen año económico para Paraguay. Recordó que en la cosecha 2023, la soja se vendía a alrededor de US$ 500 por tonelada, mientras que en la campaña 2024 los precios han caído a entre US$ 300 y US$ 370. “Esto significa que ha dejado de ingresar entre US$ 1.000 y US$ 1.200 millones, a pesar de mantener niveles de producción”, detalló.
Y añadió: “Esta situación afecta la dinámica económica y las inversiones. El escenario de precios es complejo, lo que se refleja, por ejemplo, en la disminución de las importaciones de maquinaria. Nos encontramos en un contexto económico apretado, por lo que es crucial afinar bien el lápiz y enfocarnos en lograr la mejor producción posible para equilibrar nuestra situación”