El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania ha disparado el precio mundial del trigo, lo que ha puesto en la mira la importancia de la seguridad alimentaria de muchos países sudamericanos de tal modo a evitar la dependencia de otros.
En Chile, casi la mitad del trigo consumido se cultiva a nivel local, pero si se trata específicamente del trigo candeal (usado para hacer pastas) la industria de este país se abastece en su totalidad en producción nacional, siendo actualmente casi inexistente la importación.
Investigadores de distintas instituciones chilenas están avanzando en el desarrollo de nuevas variedades de trigo mejorado genéticamente (sin ser transgénico) para resistir factores como cambio climático y sequía, además de lograr mejores defensas contra la roya amarilla, una temida enfermedad del trigo.
En ese aspecto, el Dr. Nicolás Cobo, académico de la Universidad de la Frontera, quien lidera investigaciones al respecto explicó al medio Porta Agro Chile, que “estos avances buscan asegurar la seguridad alimentaria local, además de la identificación de genes con potencial para el desarrollo de nuevas variedades mejoradas en Chile y el mundo”.
Destacó que en años de fuertes cambios, la agricultura requiere adaptaciones urgentes, tanto en variedades de cultivo para hacer frente al calentamiento global, como en manejo de herramientas tecnológicas que permitan no quedar atrás.