Entre el 30% y 35% del total de la producción nacional de soja se exporta directa e indirectamente a la Unión Europea, lo que representa aproximadamente 1.200.000 hectáreas de las más de 3.000.000 de hectáreas sembradas en Paraguay.

De manera directa, Paraguay destina a la UE principalmente harina de soja y en menor volumen, soja en granos y aceite de soja. Mientras que, de forma indirecta, a través de los granos que se exportan a Argentina y que allí se industrializan, llegan al bloque europeo, especialmente, como harina de soja y en menor escala.

La Unión Europea le asigna “Enorme importancia a la soja” para su mercado, al punto de asumir que el 71% de toda la producción paraguaya va a ese mercado, apuntó la Capeco en su boletín semanal.

Presentar como resumen, bajo la muletilla de “exportaciones directas e indirectas” de soja a la UE por un valor de USD 3.600 millones es un despropósito.

Mezclar como un todo lo vendido directamente a Argentina como semillas de oleaginosas (6.016.740 Ton, por un valor de USD 3.192.675.000 millones), más lo vendido directamente a países integrantes de la UE (29,9% de 885.114) unos USD 264.649,086, es cuando menos una ofensa al mínimo raciocinio económico, explica el gremio.

En esta comparación, el peso de las exportaciones de harina de soja es apenas un 8,3%, mientras los granos de soja representan más del 91%.

Desde la “contabilidad” paraguaya y con datos oficiales del BCP, las relaciones de exportación con la UE promedian apenas el 4%.

Así también, recalcó que, si miramos desde la perspectiva argentina, las cuentas oficiales de ese país (INDEC), establecen una muy clara relación de su mercado, donde el movimiento hacia la UE es prácticamente inexistente.